La historia del hombre sentenciado por asesinar a un niño de cinco años y violar a su hermana, en Quito

Josmar A., de 41 años, fue sentenciado a dos penas máximas agravadas por un Tribunal de Garantías Penales de Pichincha. En el primer caso se le impuso una sentencia de 29 años y cuatro meses de prisión por la violación a Valery, de 7 años.

El segundo caso es el de Ángel, un niño de cinco años que fue víctima de privación de libertad por desaparición con resultado de muerte. Por este hecho le impusieron 34 años y ocho meses de cárcel.

Sully, madre de los niños -informó Fiscalía General- fue reconocida como víctima secundaria de la desaparición y muerte de Ángel. Los tres integrantes de esta familia permanecieron en cautiverio y fueron sometidos a torturas por parte del hombre sentenciado.

“La crueldad se define como la respuesta emocional de obtención de placer en el sufrimiento y dolor de otros”, expresó el fiscal que llevó la causa de Ángel al inicio de la audiencia de juzgamiento.

¿Cómo se dio este caso? En 2021, Sully llegó a Ecuador junto a su pareja, Miguel, y sus hijos, Ángel y Valery. La familia se estableció en el sur de Quito. En su búsqueda de empleo, Sully aceptó un trabajo para promocionar servicios de internet. Josmar A. era el dueño del negocio.

Sully le pidió un préstamo de USD 300 a Josmar. Bajo amenazas de muerte hacia ella y su familia, él le exigió que pagara con favores sexuales. Aterrada, ella fingió separarse de Miguel para protegerlo. Los hermanos de Sully vivieron con ella, los niños y Josmar por un tiempo, pero tras la partida de ellos hacia Perú y de Miguel hacia Estados Unidos, la joven y sus hijos quedaron aislados.

Aunque al principio Josmar era afectuoso con los niños, todo cambió cuando la familia de Sully dejó el país. Josmar llevó a su expareja y a sus tres hijos a vivir en la misma casa. Luego, las agresiones se hicieron constantes.

Sully y sus hijos vivieron el control de Josmar, quien los incomunicó. Instaló cámaras para monitorear sus movimientos. Los niños no asistían a la escuela. Sufrían un cautiverio constante.

Le puede interesar: Masacre en Pascuales: siete personas fueron asesinadas en el norte de Guayaquil

Ángel fue agredido de forma extrema. Lo dejaba sin comer, lo castigaba desnudo en una esquina o encerrado en un cuarto oscuro, lo mandaba a dormir mojado afuera de la casa, sin sábanas ni cobijas. La madre lloraba y gritaba, pero no podía hacer nada.

Josmar le decía que si insistía, mataría al niño. Valery fue sometida a amenazas, ahorcamientos y asfixias con agua, mientras era víctima de frecuentes agresiones sexuales.

La situación de violencia alcanzó su punto más cruel cuando Josmar Eduardo A. C. embarazó a Sully. 15 días después del nacimiento del bebé, el 28 de agosto de 2022, el agresor se llevó a Ángel con el pretexto de cortarle el cabello. El niño nunca regresó.

Cada vez que Sully le preguntaba por el paradero de su hijo, Josmar siempre respondía: “si quieres verle, denuncia para encontrarlo en pedacitos”. Casi un año después, un hermano de Sully ‒Reinaldo‒ logró ubicar la vivienda donde creía que estaban ella y sus sobrinos

El 8 de agosto de 2023, llegó a la casa y golpeó la puerta. Josmar abrió, reaccionó con violencia y lo persiguió con un cuchillo. Le dijo que Sully y los niños ya no vivían con él. Ese mismo día, se mudó apresuradamente con todos a otro lugar.

Reinaldo denunció la desaparición, lo que llevó a una investigación en Fiscalía. El 13 de diciembre de 2023, una llamada telefónica permitió ubicarlos en un inmueble ubicado en el centro de Quito.

Cuando la Fiscalía y Policía Nacional allanaron la vivienda, se encontraron con las víctimas. Sully junto a un bebé, Valery y los otros tres hijos de Josmar. Sin embargo, el pequeño Ángel no estaba presente. “Fue un cuadro dantesco, las condiciones en las que fueron encontrados todos los niños”, afirmó el fiscal a cargo de las investigaciones

Josmar fue apresado de forma inmediata. Luego, confesó que había asesinado a Ángel y condujo a las autoridades hasta el lugar donde había dejado los restos del niño. Fragmentó su cuerpo, lo incineró y guardó los restos en tres fundas pláticas que enterró en El Panecillo.

La autopsia médico-legal determinó lesiones antemorten, por el maltrato extremo que le provocó a Ángel. El deceso sucedió seis meses antes del hallazgo de sus restos, tras un golpe contundente en la base del cráneo, en julio de 2023.

“La pregunta es: ¿qué hizo con el niño durante casi un año?”, dijo el fiscal en la audiencia de juicio durante el alegato de cierre. Ángel vivió encerrado algunos meses en una casa abandonada, mientras era torturado, vejado, maltratado y degradado.

El fiscal exigió la pena máxima agravada en su alegato de cierre. El Tribunal, tras haber analizado las pruebas testimoniales y documentales presentadas, lo sentenció a 34 años y ocho meses.

Le puede interesar: La madre de la niña asesinada en Huaquillas falleció en el hospital

En la audiencia de juzgamiento por violación, a mediados de 2024, el fiscal especializado en Delitos de Violencia de Género dijo al Tribunal Penal que Valery sufrió violencia extrema por largo tiempo. “En esta causa nos enfrentamos a un caso que desafía toda comprensión, se trata de abuso físico, sexual, de poder y confianza, en el que el perpetrador se aprovechó cruelmente de la indefensión de una niña inocente”.

El último ataque sexual sucedió unas horas antes de ser rescatada por las autoridades, el 13 de diciembre de 2023. Por las graves lesiones causadas, la niña tuvo que ser intervenida quirúrgicamente.

En este caso, el Tribunal lo sentenció a 29 años y cuatro meses de prisión. Tras el rescate, ​​​Sully, su bebé y Valery permanecen en una casa de acogida, bajo intervención médica y psicológica. La joven, ahora de 25 años, ha solicitado ayuda a un organismo internacional de Derechos Humanos para salir de Ecuador. Aunque Josmar está detenido desde diciembre de 2023, ella no se siente segura.

Le puede interesar: Ecuador registra un promedio de 25 asesinatos por día en lo que va de 2025