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Los resultados de la consulta popular pueden debilitar o fortalecer al Gobierno
Las consultas populares no son solo listados de preguntas que se ponen a consideración del pueblo. Se convierten también en un termómetro de la popularidad.
Hay ocasiones en que lo importante no es tanto lo que se pregunta, sino cuándo y quién hace las preguntas. En Ecuador hay ejemplos, varios en los que un mismo tema ha sido respondido de manera distinta, en gobiernos diferentes.
Lo de los independientes, por ejemplo, León Febres Cordero, preguntó en 1986, a mitad de su gobierno, cuando ya pesaba sobre él un desgaste importante, acerca de la posibilidad de permitir a una persona no afiliada a un partido, participar en política.
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La gente le dijo no menos de una década después, en el 94, Sixto Durán Ballén preguntó lo mismo y, esta vez, la gente respondió que sí.
La extradición de ecuatorianos es otro ejemplo, Guillermo Lasso incluyó el tema en la consulta popular del 2023, y la mayoría dijo que no.
Poco más de un año después, la extradición de los ecuatorianos volvió a ser incluida en otra consulta, pero esta vez, hecha por Daniel Noboa, quien recién llegaba al cargo, y el resultado fue diametralmente opuesto, la gente, le dijo que sí.
“La popularidad cuando es muy baja, es decir, cuando vemos una popularidad que oscila por debajo del 30 %, en ese momento el pueblo vota como si fuese plebiscito, ¿qué quiere decir eso?, que el pueblo castiga al líder, castiga al gobierno de turno diciéndole no a lo que sea”.
Pero, extrañamente, así como una popularidad muy baja, casi que asegura un no, una aceptación alta, no garantiza el sí.
“Generalmente, el pueblo se toma la libertad de apoyarlo si es que coincide políticamente e ideológicamente o de aprobar algunas preguntas y negar otras”.
Ahora, así como la popularidad de quien convoca a consulta incide en los resultados, también los resultados pueden tener consecuencias para un gobierno, un sí puede fortalecer, un no, depende de cómo se lo maneje.
“Lo vemos en muchos lugares donde él no puede ser el fin de un gobierno, el fin de un líder o el fin de un partido político, lo que pasa es que depende la capacidad de acción”.
Y pone un ejemplo de buen manejo, el de Colombia, cuando Juan Manuel Santos obtuvo un no en el referéndum sobre los acuerdos de paz con las FARC.
“Y que hicieron, reconocieron rápidamente las decisiones que la paz así no se quieren, pero la paz se quiere. Lo segundo es ampliar las bases, vamos a hacer una paz distinta, más participativa. Y lo tercero fue el posicionamiento internacional, acuérdense que en ese momento gana el presidente de Colombia, el premio Nobel de la Paz”.
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En Ecuador también hay caso de gobiernos que han impulsado consultas y las han perdido, el ejemplo más reciente, Guillermo Lasso, con una popularidad de menos el 30 % llamó a una consulta, ocho preguntas, de las cuales no ganó en ninguna, tres meses después decretaba la muerte cruzada y en menos de un año estaba ya fuera del poder.
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