Elecciones Ecuador 2023: analistas creen que los trolls de redes sociales sí pueden influir en la decisión del elector

La campaña llega a su fin este 17 de agosto, a tres días de las elecciones anticipadas de Ecuador 2023. Durante estos tres meses de promoción, las estrategias de comunicación de los candidatos también incluyeron los conocidos 'trols' en redes sociales.

Mitines políticos, conversatorios, caravanas, visitas puerta a puerta y entrevistas en los medios de comunicación tradicionales son tan importantes como manejar una adecuada comunicación con los usuarios de cada red social.

Los ocho candidatos a la Presidencia, así como algunos aspirantes a asambleístas, han sido parte de la conversación digital, varios incluso cayendo en prácticas cuestionables como impulsar un mensaje mediante trolls.

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Según Metricool y Hubspot, empresas especializadas en redes sociales, los trolls son personas que utilizan perfiles falsos para interactuar con el objetivo de molestar a un tercero, con comentarios negativos, insultos o cuestionamientos.

Caroline Avila, doctora en Comunicación, explica que la función de los trolls está en interrumpir un proceso normal de diálogo con mensajes que provoquen ruido, algo que se ha convertido en propio de la comunicación, incluso antes del salto tecnológico a las redes.

La experta en comunicación política, Irene Vélez, explica que esas cuentas actuarán dependiendo de la estrategia que marque cada campaña. Por ejemplo, en ocasiones tendrán que atacar a los contrincantes y en otras deberán apoyar al candidato al que responden.

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Si la principal característica de estos perfiles es que impulsen un mensaje en específico, y que llegue a personas reales, se convierten en una poderosa herramienta para incidir en los electores indecisos.

En estas elecciones no será la primera vez que eso ocurre, incluso los Gobiernos se han acostumbrado a activar la campaña del 'lado B', cada que hay una crisis, para que cientos de cuentas publiquen productos comunicacionales con una misma etiqueta, similares artes y un claro contenido.

Las expertas explican que los trolls manejan una propuesta diferente para cada red. Antes, hablar de estos perfiles era casi exclusivamente de Twitter o X, ahora ocurre en casi todos los espacios digitales, incluso en WhatsApp.

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Para Vélez, hay una clara intensión política en cada campaña de este tipo y para lograr esos objetivos se debe analizar cuál es el sentimiento del electorado, es decir, a qué deben apelar. También con qué recursos se cuenta, por ejemplo, si un candidato dio una declaración desacertada, lo más probable es que se aprovechen de eso para viralizarlo.

Otra opción es recurrir al pasado, para ello, necesitan personas que se dediquen a recabar información de lo que dijeron cuando ocuparon otras funciones, que, en muchos casos, se contradice con la coyuntura.

La analista dice que en Twitter el objetivo es marcar una tendencia, para ello hay actores que son personajes representativos de una organización política, quienes también refuerzan el mismo mensaje, pero quizá de manera más indirecta, y a ellos se suman los trolls que dan volumen a la información.

Avila cuenta que en TikTok, el contenido se comparte fácilmente, por lo que alcanzar miles de vistas en poco tiempo no es complicado. Cita un caso que ha sido de interés para los comunicadores, cuando Andrés Arauz cometió una equivocación y dijo que se sentarán con los 10 más buscados. En cuestión de horas el clip de sus declaraciones se difundió en unas 17 mil cuentas.

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En Facebook, en cambio, es importante el sentimiento de los usuarios que se expresa mediante las reacciones: 'me enoja', 'me entristece', 'me encanta', 'me gusta', 'me importa', 'me divierte', 'me asombra'.

Por ello, hay cuentas que reaccionan de manera negativa hacia ciertos candidatos con el objetivo de que el algoritmo castigue su contenido y sean menos visibles.

En ese caso identificarlos es mucho más sencillo porque incluso los nombres de usuarios son extranjeros.

WhatsApp también se ha convertido en la aplicación correcta para masificar la información. Desde un número cualquiera se envían los videos de desprestigio o para impulsar a un candidato.

La clave de esa estrategia está en que el receptor reenvíe el mensaje a sus grupos o familiares y se convierta en un vocero. Según indica Avila, el 70% de los jóvenes desconfía de lo que ve en Internet, pero si alguien de su confianza le transmite una idea o se difunde en medios de comunicación, supera esa barrera.

Ambas analistas coinciden en que la discusión digital sí afecta en el voto real. Todo depende de la coyuntura.

Irene Vélez plantea que si un mensaje no está adecuadamente construido o, en medio de la violencia, incita al odio, es probable que no cale en la ciudadanía, a pesar de que lo difundan 500 mil cuentas; incluso podría ser contraproducente.

Sin embargo, esas discusiones de redes sociales, en muchas ocasiones, llegan a medios de comunicación o a conversaciones en almuerzos familiares y encuentros de vecinos.

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Además, para Vélez, al ser unas elecciones reñidas, cualquier golpe a uno u otro puede impactar en el resultado final.

Incluso en el nombre de una cuenta puede estar la clave para identificar a un potencial troll, es decir, no corresponde a una persona como tal. Otra señal está en la fotografía que utiliza, si es una ilustración o un paisaje, puede dar algunas alertas.

La fecha de creación de ese perfil también es clave. Varias de las cuentas identificadas por este medio se activaron durante la campaña electoral y otras se activaron únicamente para fines políticos de personajes de la misma línea, años anteriores.