Los animeros, una tradición que busca aliviar el alma de los muertos

En el centro del país, en Tungurahua, Patate, existe una tradición que se conserva desde la época de la colonia: el recorrido del Animero.

El animero recorre desde las 21:00 de todas las noches, por quince días antes del 2 de noviembre (día de los fieles difuntos), las calles del centro de la ciudad y de algunos sectores rurales, acompañado de al menos cinco personas que son sus sucesores -vestido con una bata blanca y una vara-.

Este grupo de personas empiezan el recorrido y regresan al cementerio de la ciudad. En cada esquina se paran para convocar a la población a rezar un Padre Nuestro y un Ave María por el descanso eterno de las almas que se encuentran en el purgatorio.

Esta es una tradición que pasa de generación en generación en la familia de los Guamán.

Al escuchar el llamado del animero hay gente que sale de su casa y se une al rezo.

El recorrido del animero se extiende por lo menos por tres horas, al final él y sus acompañantes se ubican al pie de una tumba, en donde rezan por las almas y porque no falta el pan de cada día en las familias.