60 locales han cerrado en Sauces 6 de Guayaquil, asfixiada por secuestros y extorsiones

Por años, la calle de principal de Sauces 6, norte de Guayaquil, fue sinónimo de actividad comercial desde la madrugada hasta la noche. Pero, desde hace un año, esa dinámica se está apagando.

Televistazo recorrió esta vía de 10 calles y unos pasos son suficientes para notar el cambio. Locales cerrados, algunos incluso en fila, candados en las puertas en plena tarde y comerciantes que se esconden al ver una cámara, pues el temor se apodera de los propietarios.

"Nos duele muchísimo perder esa libertad que teníamos antes", comentó una moradora.

La inseguridad pasa factura. El último sábado se viralizó en redes sociales el intento de secuestro al dueño de un local de tecnología en plena tarde de Guayaquil.

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Hombres usaron un mazo para derribar la puerta y balearon el local, pero no lograron su objetivo porque desde el interior también respondieron con disparos.

Hoy ese local se ha convertido en el último de los 60 que han dejado de trabajar, el dueño abandonó el sitio. Aún se ven los agujeros que dejaron las balas, huellas que se repiten en otros locales del sector recordando otros hechos violentos.

Emilio Macas dice que abre porque no tiene otra fuente de ingreso, aunque señala que hay días que no se vende, los clientes no llegan y a las 15:00 cierra.

"Aquí había un gabinete y se fue. Mas allá había una tercena y se fue. Estoy asustado de este panorama", comentó.

Los moradores han restringido el paso a los callejones con rejas. Luis Machado ha trabajado aqui desde hace 15 años y aunque tiene su local de zapatos abierto, también tiene rejas y atiende en horario reducido.

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"Nosotros trabajábamos hasta las 22:00. Ahora lo hacemos hasta las 20:00", relató.

Mientras a Santiago le ha bastado un mes para ver el cierre de cuatro restaurantes, peluquerías, carnicerías y tiendas, que se traduce en despidos de empleados.

La Policía informó que el dueño del establecimiento atacado el fin de semana ya tenía amenazas de extorsión, por lo que los moradores exigen que haya mayor frecuencia de patrullajes y más acciones de seguridad, ya que no solo temen por su vida sino que buscan no dejar morir sus negocios.