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La mayoría reside en Guayaquil, tierra que hicieron suya y desde entonces han sido una gran influencia gastronómica, artística y cultural.
La influencia de la comunidad italiana en Guayaquil data de finales del siglo XIX. Según registros del archivo histórico, los primeros italianos en arribar formaron una colonia de 500 personas que se adaptaron rápidamente al medio y participaron activamente en el desarrollo de la ciudad.
Se trata de la Sociedad Italiana Garibaldi que fue fundada en 1882. Luego, en 1921 crearon la primera sociedad financiera de Ecuador, el banco La Previsora y la comunidad continuó creciendo luego de la Segunda Guerra Mundial.
En esa época llegaron artistas que adornaron el cementerio general con sus esculturas y arquitectos que contribuyeron en la creación de obras emblemáticas como el edificio del diario El Telégrafo, el palacio de la Gobernación, el hospital Luis Vernaza, y el puente de la Unidad Nacional que conecta a Guayaquil con otras provincias.
Actualmente, unos 30 mil italianos residen en el país, y a menos 15 mil de ellos viven entre Guayaquil y sus alrededores.
Uno de ellos es Mauro Balestra, quien llegó hace 40 años y abrió uno de los primeros restaurantes de comida italiana en el sector de Urdesa, norte de Guayaquil.
Él recuerda, que estaba de pasada en Ecuador cuando la mirada de una hermosa guayaquileña lo atrapó, y desde ahí supo que no se iría nunca. Pues habían muchas cosas en común con sus nuevos coterráneos.
“Los guayaquileños, al igual que nosotros, son muy expresivos, usan las manos para conversar y gritan como nosotros”, afirma Mauro Balestra.
Hizo de Guayaquil su propia tierra, aquí formó su familia, y sus amistades más cercanas. Ahora, espera ser parte de esta comunidad que decidió quedarse en la perla del pacífico para ser testigo de su crecimiento.
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