07 may 2014 , 06:36

El Teatro Capitol regresa a la actividad cultural de Quito

El tradicianal escenario está ubicado en el tradicional barrio de San Blas, centro de Quito.

Un espectacular vitral de 10 x 5 metros que pende del cielo raso, y la música de la Orquesta de Instrumentos Andinos, dieron la bienvenida a los asistentes del evento de reinauguración del Teatro Capitol, que se realizó esta semana.

La entrega de la obra, ejecutada con una inversión de 3’030.051 dólares, estuvo a cargo del alcalde de Quito, Augusto Barrera, quien estuvo acompañado por el vicealcalde Jorge Albán, otras autoridades municipales y ciudadanos.


 

Augusto Barrera destacó que el recuperado Teatro Capitol completará la red de teatros que también incluye al Teatro México, Teatro Variedades, y el Teatro Sucre. A esos sitios se suman las dos salas de iguales características de alto nivel para la difusión artística, en la Cooperativa Jaime Roldós y Carapungo. “Asimismo dejamos prácticamente contratada la construcción del Centro Cultural Quitumbe, que tiene salas de teatro y cine para un aforo de 1.500 personas”, informó el burgomaestre.

 

El tradicional teatro Capitol es un lugar emblemático y un espacio de encuentro de los quiteños y quiteñas. Con su rescate se ha recuperado su extraordinaria belleza y esplendor. Fue recuperado después de un riguroso proceso de rehabilitación integral, llevado a cabo por el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP). El aforo total del teatro tiene una capacidad para 800 personas, distribuido en el área de platea, dos niveles de palcos y galerías.

Uno de los asistentes a la reinauguración del teatro fue Carlos Ruiz, quien trabajó durante 13 años en el lugar. Él era el encargado de proyectar las películas en la empresa de Daniel Cadena. “Todavía me acuerdo las películas que me tocaba proyectar, como las del Llanero Solitario y otras películas de acción. Todavía me acuerdo una de las últimas que vino de estreno; fue ‘Los 10 Mandamientos’, esa ya era a colores”, expresa un nostálgico Carlos.

 

Margarita Altamirano, moradora de San Blas, por su parte, recordó que cuando asistía al Capitol su lugar preferido era “el gallinero”. “Desde ahí se miraba todo muy lindo, contó Margarita. Al mismo tiempo, Pepe Borja, morador de la Tola, evocó las presentaciones de las películas mexicanas. “Ahora esto está bellísimo. Hay que felicitarle al Municipio y al Instituto de Patrimonio por haber hecho esta maravilla”.
 

Mientras tanto, Froilán Altamirano lamenta el deterioro en el que estuvo sumido el establecimiento durante largo tiempo. “Daba pena pasar por aquí; estaba totalmente destruido. Ahora esto sí que es una belleza”, dijo.
 

Detalles de la obra

Los trabajos para la revitalización del Capitol iniciaron en abril del 2013. La intervención buscó dotar a la comunidad de un espacio destinado a la presentación de artes escénicas, y construirlo como un referente urbano de arquitectura y arte.
 

La obra implicó las siguientes labores: diseño de un escenario adecuado para las actividades a realizarse; implementación cuidadosa de sistemas de iluminación, sonido, seguridad y otras especiales; revestimiento con material (panelas fonoabsorbentes en paredes, alfombra en piso) que garantice la buena acústica del teatro; instalación de nuevas butacas; implantación de una plataforma móvil con sistema mecánico que brinde flexibilidad al espacio para los eventos que se programen.
 

También fue implementado un sistema de tramoya de primera línea, dos cabinas de control para las puestas en escena, camerinos, ascensores que permiten el acceso a los diversos espacios del teatro a personas con discapacidades diferentes. Además, se desarrollaron obras complementarias como baterías sanitarias, sistemas especiales hidrosanitarios, sistema contra incendio y bodega. La rehabilitación del Teatro Capitol también incorporó una mampara de vidrio en el ingreso principal, que constituye un vitral de características muy singulares en su forma y colores.
 

El renovado Teatro Capitol está equipado con sistemas electrónicos modernos de seguridad, sonido, ventilación y de otras prestaciones. Un estudio de isóptica recomendó la instalación de paneles fonoabsorbentes para garantizar la acústica del teatro y determinó lo nuevos niveles de palcos y galerías, así como la ubicación y distribución de las butacas nuevas.


 

La cubierta del teatro fue estructurada con cerchas metálicas y placas termo acústicas. Debajo de las cerchas fue instalado un cielo raso óptimo para garantizar una buena acústica.
 

En cuanto a la intervención en bienes muebles, las molduras en el salón principal, en la boca del escenario y los antepechos de palcos fueron remodelados. Destacan las musas y las molduras doradas.
 

El Consorcio Molina - Exatelec – Easa, contratado por el IMP, se encargó de la ejecución de obras. La Comisión Técnica institucional, integrada por el Franklin Cárdenas, Jesús Ma. Loor B. y Silvia Ortiz, inspeccionaron permanentemente el desarrollo del proyecto.
 

Un deterioro superado

En el 2008, el muro posterior del Teatro Capitol colapsó, lo que implicó la pérdida del escenario y de todas las áreas adicionales. En ese entonces, el FONSAL realizó trabajos urgentes de estabilización, a fin de garantizar la permanencia de la estructura edificada.
 

Ese mismo año iniciaron los estudios de rehabilitación integral del inmueble. El análisis develó que la edificación había sufrido alteraciones constructivas para funciones no afines a la utilidad del teatro, como espacio añadidos para formar nuevos ambientes, aperturas de vanos, etc.
 

Datos históricos

El Teatro Capitol fue construido bajo diseño del arquitecto italiano Giacomo Radiconcini, quien llegó a Ecuador en el año de 1908. La obra obedece a las nuevas tendencias arquitectónicas que rigieron a inicio de siglo XX. La edificación con corte neoclásico, fue conocida inicialmente como “Palacio Samaniego”, porque constituía la vivienda de la citada familia, en una época en la que la clase socioeconómica alta disponía de palacios y villas en estilos historicistas y eclécticos. El palacio fue remodelado veinte años más tarde, por el arquitecto italiano Antonino Russo e inaugurado como teatro Cadena en 1937. Luego fue denominado Teatro Capitol, como se lo conoce hasta hoy.
 

La función principal con la que fue construida el Teatro Capitol fue la de un cine, aunque también albergó durante algún tiempo a una iglesia evangélica. Posteriormente, el Municipio adquirió el edificio, para restaurarle a través del IMP.

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