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En Riobamba, el vibrante desfile del Corso por las festividades del Carnaval recorrió 20 cuadras del centro de la ciudad
El evento reunió a 108 delegaciones y a miles de espectadores. La fiesta contó con la participación de las comunidades indígenas, quienes exhibieron trajes tradicionales y coreografías ancestrales.
El centro de Riobamba se llenó de color, música y tradiciones este fin de semana con la celebración del esperado Corso del Carnaval de Chimborazo.
Un total de 108 delegaciones, provenientes de toda la provincia y de otras regiones del país, participaron en este evento que recorrió 20 cuadras del centro de la ciudad, sorprendiendo a miles de espectadores que se dieron cita para disfrutar de esta fiesta popular.
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El desfile, que es uno de los eventos más esperados del carnaval, se destacó por la participación activa de las comunidades indígenas, quienes fueron los protagonistas con sus trajes tradicionales y coreografías ancestrales.
Los hombres deslumbraron con sus zamorros, ponchos y sombreros, mientras que las mujeres mostraron su belleza con anacos, bayetas y collares, reflejando la riqueza cultural y las tradiciones vivas de la provincia.
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El recorrido por las principales calles del centro de Riobamba fue un verdadero homenaje a la identidad de Chimborazo. Los ritmos autóctonos del San Juanito, acompañados de danzantes llenos de energía y alegría, marcaron el pulso de la festividad.
“Ha integrado a todas las culturas, ha hecho partícipe a la ciudadanía y a todo el pueblo de Chimborazo”, dijo Lorena Carrión, ciudadana
Delegaciones de la Costa, Sierra y Oriente también se unieron a la celebración con sus comparsas, enriqueciendo aún más el evento con sus ritmos tradicionales.
Las bandas de pueblo, con instrumentos como trombón, trompeta y saxo, le pusieron el ritmo festivo al desfile. Entre los participantes, destacó la presencia de la Diablada Pillareña, una de las comparsas más representativas de la región, que aportó su esencia única al carnaval.
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Además, los hombres vestidos con atuendos femeninos, acompañados de tambores y guitarras, entonaron coplas y bailaron, mostrando el respeto y la admiración por las costumbres ancestrales del pueblo indígena.
Un símbolo de identidad que no pasó desapercibido fue el poncho rojo, que resaltó la unidad y el sentido de comunidad que caracteriza a los chimboracenses. Esta prenda tradicional es una de las más representativas de los pueblos indígenas de la provincia.
Con una afluencia estimada de unas 30 mil personas de toda Chimborazo, el carnaval se extendió a los 10 cantones y 45 juntas parroquiales, convirtiéndose en una festividad que integra a toda la provincia en una celebración de música, danza y cultura.
“Es muy importante disfrutar entre familia, en unión de amigos, entre amistades para festejar este carnaval. El año anterior por el toque de queda no se pudo disfrutar de las festividades”, expresó Washington Alcoser, turista de Tungurahua
Las actividades culminarán el próximo viernes con el tradicional Entierro del Carnaval, una ceremonia que marca el cierre de los festejos y el inicio de la Cuaresma.
El Corso del Carnaval de Chimborazo no solo es una fiesta popular, sino también una profunda manifestación cultural que celebra la identidad, las tradiciones y la historia de una región rica en diversidad.
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