Lluvias provocan destrucción y muerte en la parroquia Santiago, en Loja

La fuerza de las lluvias ha fracturado la tierra en la parroquia rural de Santiago, en el norte del cantón Loja, dejando a su paso destrucción, muerte y comunidades incomunicadas. Un deslizamiento de tierra sepultó seis viviendas en el barrio Paquisha y causó la muerte de una pareja de esposos de 91 y 86 años. En total, 21 viviendas están afectadas, y al menos 19 sectores de esta localidad, donde viven cerca de 1 750 personas, han sufrido daños.

En la zona donde ocurrió el derrumbe, ya no queda rastro de las casas sepultadas ni de los corrales con cerca de 200 animales —entre gallinas, cuyes y borregos— que fueron aplastados por la tierra. Los hijos de la pareja fallecida buscan entre los escombros algún recuerdo de su infancia. "Aquí nacimos, aquí vimos la luz del día. Soñábamos jugando con todo. Hoy en día, todos esos recuerdos se quedaron en el limbo", dijo José Silva, hijo de las víctimas.

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Otras 15 viviendas del sector permanecen llenas de lodo y piedras, con paredes agrietadas y estructuras comprometidas. Sus habitantes tuvieron que evacuar y ahora se resguardan en casas de familiares o vecinos. Uno de los damnificados, Samuel Piedra, también perdió sus cultivos de haba y arveja, lo que agrava su situación económica.

La emergencia no solo afecta a las viviendas. Las vías también han colapsado. La Panamericana E35, que conecta la cabecera cantonal de Loja con las parroquias de Santiago y San Lucas, ha sufrido al menos 20 deslizamientos en los últimos días. Esta ruta es crucial para el transporte de bienes y personas, ya que por ella circulan a diario unos 5 000 vehículos.

Uno de los puntos más críticos está en el kilómetro 33, donde la mitad de la carretera se desplomó. Y en el kilómetro 20, la tarde del lunes 14 de julio, un nuevo deslizamiento bloqueó el paso durante 13 horas. Más de 600 vehículos quedaron varados, entre ellos camiones con productos perecibles como lácteos, papas y verduras. Manuel Coronel, transportista, relató que para cumplir con sus entregas tuvo que hacer un trasbordo a pie, cargando entre el lodo. "Nos ha dificultado mucho. Con el producto que no es de guardar, siempre se nos daña", lamentó.

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Aunque el paso fue reabierto momentáneamente, la mañana del martes 15 de julio un nuevo deslizamiento volvió a bloquear la vía. Maquinaria del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) permanece en el lugar para tratar de despejar los escombros, en medio de un clima inestable y suelos saturados de agua que elevan el riesgo de nuevos derrumbes.