23 abr 2020 , 09:43

Una misteriosa complicación en la sangre está matando a pacientes con coronavirus

Hay más casos que se reportan de esta deficiencia presentada en los vasos sanguíneos.

Craig Coopersmith se levantó temprano una mañana, como siempre, y escribió  "Buenos días equipo COVID", e inmediatamente solicitó actualizaciones a los respomsables del equipo de la UCI que trabajan en 10 hospitales en el sistema de salud de la Universidad Emory en Atlanta (Estados Unidos).

 

Un médico respondió que uno de sus pacientes tenía un extraño problema de sangre. A pesar de que le pusieron anticoagulantes, el paciente todavía estaba desarrollando coágulos. Un segundo dijo que había visto algo similar. Y un tercero. Pronto, todas las personas en el chat de texto informaron lo mismo, según The Washington Post.

 

"Fue entonces cuando supimos que teníamos un gran problema", dijo Coopersmith, un cirujano de cuidados críticos. Mientras consultaba con sus homólogos en otros centros médicos, se alarmaba cada vez más: "Estaba en el 20, 30 o 40% de sus pacientes". 

 

Hace un mes, cuando el país se cerró para prepararse para la primera ola de casos de coronavirus, muchos médicos se sintieron seguros de saber a qué se enfrentaban. Según los primeros informes, el COVID-19 parecía ser un virus respiratorio de variedad estándar, aunque contagioso y letal, sin vacuna y sin tratamiento. Desde entonces, han visto cómo este virus ataca no solo los pulmones, sino también los riñones, el corazón, los intestinos, el hígado y el cerebro.

 

La preocupación crece de tal manera entre los profesionales de la salud que algunos plantearon la controvertida posibilidad de dar anticoagulantes preventivos a todos los enfermos de COVID-19, incluso a aquellos que están lo suficientemente bien como para permanecer en sus hogares mientras se recuperan totalmente.

 

Pero no sólo los casos descriptos por Coopersmith en Atlanta fueron así. Autopsias alrededor de todo el mundo muestran que los pulmones de las víctimas fatales del coronavirus tenían cientos de microcoágulos en su interior en lugar de lo que suelen ver cuando tratan una neumonía. Algunos de ellos, “errantes”, en ciertos casos viajaron a la cabeza o al corazón de los pacientes, provocando ataques cardíacos o hemorragias cerebrales.

 

“El problema que tenemos es que, si bien entendemos que hay un coágulo, todavía no entendemos por qué hay un coágulo. No lo sabemos. Y por lo tanto, tenemos miedo”, dijo a The Washington Post el doctor Lewis Kaplan, médico de la Universidad de Pensilvania y jefe de la Sociedad de Medicina de Cuidados Críticos. Coopersmith coincide: “Hay un entendimiento universal de que esto es diferente”.

 

Académicos de las más prestigiosas universidades de los Estados Unidos -como Tufts, Yale-New Haven, The University of Pennsylvania, Brigham and Women y Columbia-Presbyterian, entre otras- debaten acerca de si este tipo de fenómeno es el que provoca que tantos norteamericanos estén muriendo en sus casas ante tan abruptos cambios en sus organismos. “Se abalanzó sobre nosotros. No estábamos escuchando esta cantidad tremenda sobre esto a nivel internacional", dijo Greg Piazza, especialista en medicina cardiovascular en Brigham and Women que ha comenzado un estudio sobre las complicaciones hemorrágicas de COVID-19. Casos similares se vieron en Italia y en China, aunque no fueron tan tenidos en cuenta.

 

“Una de las teorías es que una vez que el cuerpo está tan comprometido en una lucha contra un invasor, el cuerpo comienza a consumir los factores de coagulación que pueden provocar coágulos de sangre o sangrado. En el ébola, el equilibrio era más hacia el sangrado. En COVID-19, hay más coágulos de sangre", expuso Harlan Krumholz, especialista cardíaco en el Centro Hospitalario Yale-New Haven.

 

Un estudio publicado en JAMA -una de las revistas más prestigiosas del mundo de divulgación científica- encontró que una gran cantidad de pacientes con el coronavirus Sars-CoV-2 ingresaron con lecturas de análisis de sangre que indicaban problemas de coagulación en Nueva York. En Holanda, otra publicación del Thrombosis Research advirtió que 38 por ciento de los 184 pacientes de una unidad de cuidados intensivos presentaban esta anomalía en la sangre, de acuerdo a The Washington Post.

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