Mery Zamora asegura que no saldrá del país

24 horas después de ser sentenciada en el proceso que la acusó de haber incitado a los estudiantes del colegio Aguirre Abad, el 30 de septiembre del 2010, Mery Zamora cumple con su rutina de maestra en la escuela Lorenzo Luzuriaga, en el sector de El Limón, en Portoviejo. Desde allí rechaza la actuación del tribunal penal que no dudó en condenarla.

Zamora cuenta que el 30 de septiembre ella estaba en el colegio Aguirre Abad porque iba a cumplir con un acto de rendición de cuentas sobre el fondo de cesantía de los maestros, y que eso lo sabía el gobierno.

De acuerdo a Zamora, nunca incitó a los estudiantes a que salgan a las calles. Asegura que de eso además no hay ninguna prueba. Recuerda que la acusación de la subsecretaría de Educación fue denegada y el proceso archivado hasta que ocurrió algo que hizo que todo empezara de nuevo.

Independientemente de las apelaciones que sus abogados harán a la sentencia, ella señala que no saldrá del país, que dando clases esperará el desenlace.

Cuestionada sobre sus actuaciones, la expresidenta de la UNE asegura que no tiene nada de qué arrepentirse. Se considera una víctima más de la criminalización de la protesta social que ha sido denunciada por organismos locales e internacionales.