11 dic 2020 , 07:11

Ley de Comunicación: reforma quita el control al Gobierno y al Estado

Cambio otorga libertad de expresión a todos los ciudadanos.

Fue en el 2013, cuando Rafael Correa firmaba la polémica Ley de Comunicación o conocida como ley mordaza con la que durante su gobierno intentó controlar a los medios de comunicación, sus investigaciones  y sus contenidos. Logró imponer sanciones y miedo, imponer su verdad y su propaganda.

 

 

Con organismos controladores que argumentaron la supuesta democratización de la información, dejaron abierta la puerta para enjuiciar a la prensa. 

 

La segunda reforma a la Ley de Comunicación aprobada unánimemente hasta por los asambleístas del correísmo le quita al régimen y al Estado la potestad de   control, al aceptar que la comunicación no es un servicio público, sino un derecho humano.

 

Pero desde el pensamiento de quienes defendieron  una ley controladora, se cree que la ciudadanía ha perdido el derecho a exigir información contrastada, a pedir réplica o a pedir rectificaciones, y creen que es  una ley muerta.

 

La Ley de Comunicación deja a todos lecciones  aprendidas acerca de los excesos de control del poder  sobre la prensa, sobre la información que reciben los  ciudadanos, pero también a los medios deja  compromisos.

 

En América Latina, la comunicación como servicio público queda establecida en países como Venezuela.

 

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