La alegría por los recién nacidos siembra esperanza en Guayaquil, una ciudad golpeada por el COVID-19

En 2020, Guayaquil no tuvo más opción que resurgir de entre sus cenizas. En julio de ese año, la Aurora Gloriosa fue testigo de una nueva batalla, esta vez, para tratar de liberarse de un enemigo invisible, y aunque se perdieron miles de vidas, también nació la esperanza.

En julio del año anterior, la alegría por los recién nacidos sembró esperanza en una ciudad tan golpeada por el coronavirus. En Guayaquil hubo 3.687 nacimientos y el día de su fundación, el 25 de julio, se registraron 113 nacimientos, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

Para Ivonne San Martín, no hay mejor guayaquileño que Fabio. El 25 de julio de 2020, la mujer de 37 años dio a luz a su tercer bebe.Ella relata que durante su embarazo se contagió de COVID-19 pero nunca perdió la fe. Ivonne afirma que ha sido un reto criar a un bebe, durante la crisis sanitaria.

Traer vidas al mundo, en un momento tan crítico por el que atravesaba la ciudad también fue un reto para los médicos que estuvieron en primera línea. Iván Altamirano, es el director técnico del Hospital Alfredo G. Paulson, de la Junta de Beneficencia de Guayaquil. Ese hospital recibió a más de 5.900 recién nacidos durante el 2020. Él recuerda los esfuerzos que desplegó su personal para atender la demanda.

Médicos, familias y habitantes de esta ciudad se aferraron a la esperanza de días mejores para sobrevivir, en un año marcado por el dolor, el aprendizaje y la fe. Así, Guayaquil renació a un nuevo despertar.