La Refinería de Esmeraldas acumula problemas desde hace décadas

La Refinería de Esmeraldas es un paciente crítico que acumula problemas de infraestructura en todas sus areas desde hace décadas. El último diagnóstico se hizo hace un mes después del sismo del 25 de abril. El gerente de refinación, Xavier Villalba, dijo que hay problemas en las unidades de procesos, infraestructura, almacenamiento y unidades complementarias.

La permanente crisis en la Refinería provoca déficit en la refinación de gasolina, diésel, fuel oil, gas y otros derivados por lo que se importa más del 60% del consumo nacional. Eso cuesta 6 575 millones de dólares, según el Ministerio de Economía.

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Los problemas de la Refinería más grande del país son recurrentes. En sus 48 años ha tenido reparaciones que han suscitado investigaciones por corrupción y que, finalmente, han dejado a esa infraestructura con parches y remiendos; una especie de Franskenstein de piezas que no forzosamente se acoplaron y que no garantizan una operación segura.

Entre el 2013 y 2018, el correísmo supuestamente la repotenció para alcanzar la capacidad máxima. La Contraloría determinó sobreprecio, corrupción y sobornos en la obra, que en definitiva costó al país 2 230 millones de dólares.

La Refinería presentó, tras la repotenciación, fallas de equipos y fugas de presión en algunas unidades. Para septiembre de 2023, se estimó la corrección de esas fallas y una nueva compra de repuestos en USD 26 millones. En este contexto, la crisis de la Refinería es un cuento de nunca acabar. Ahora, tras el incendio, está apagada.

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