Los cráneos hallados en un chifa de Guayaquil no fueron decomisados: Arcsa explica la razón

Ni las cucarachas recorriendo los mesones, ni las ollas oxidadas junto a los fogones, ni la falta de permisos o de medidas de bioseguridad fue lo que más sorprendió a los técnicos sanitarios al clausurar un chifa en el centro de Guayaquil.

Tampoco fue lo más llamativo para ellos el hecho de que uno de los cocineros fumara mientras preparaba los alimentos.

Lo más alarmante fue lo que encontraron en el congelador: al menos cuatro cráneos de una especie animal no identificada. Eran alargados, con órbitas oculares amplias y huesos nasales prominentes.

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El hallazgo ocurrió durante una inspección de la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa) en la cocina improvisada de un restaurante asiático sin nombre, ubicado en la intersección de las calles Chile y Aguirre.

Las imágenes provocaron preocupación entre los ciudadanos, quienes especulaban si se trataba de caninos. Sin embargo, Daniel Sánchez, director ejecutivo de la Arcsa, aclara que la verificación del origen corresponde al Ministerio del Ambiente, a quienes ya se remitió el reporte.

"Para con ellos poder definir el posible cometimiento de un delito. Los atentados contra la fauna urbana pueden ser también penas privativas de libertad previstas en el Código Orgánico Integral Penal (COIP).

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Para confirmar la especie sería necesaria una evaluación de morfología craneal comparativa y, de ser posible, un análisis genético (ADN). Sin embargo, según la Arcsa, los restos fueron dejados en el congelador. Su retiro y análisis quedan ahora en manos del Ministerio del Ambiente y la Intendencia.

"Por el tamaño de los cráneos,la similitud que existe entre ellos, podría tratarse de animales que no están destinado al consumo, como perros", reseña Eliana Molineros, veterinaria especialista y exdirectora de la Unidad Municipal de Control y Bienestar Animal de Guayaquil.

La especialista advierte que, más allá de determinar la especie, lo grave es la presencia de cráneos en los congeladores, lo que revelaría la existencia de faenamientos clandestinos.

"El cráneo no es una pieza que salga de un camal legalmente constituido, que tenga una normativa de higiene y bienestar que seguir para la matanza de animales. Puede ser que haya sido un sacrificio cruento. Además, de que no hay certeza de esta carne para el consumo humano, que representa un riesgo para la salud pública. Existen enfermedades que se pasan de animales a humanos", comentó.

El chifa fue clausurado y, según la Arcsa, no volverá a atender al público hasta que corrija las condiciones de salubridad y de cadena de frío.