Alausí: ¿Qué es un deslave y cuáles son las señales de advertencia?

12 personas son las víctimas mortales, hasta este 29 de marzo de 2023, del deslave ocurrido la noche del pasado domingo, en el cantón Alausí, en la provincia de Chimborazo.

Un cantón ubicado, según Jefferson Carranco, geólogo y docente de la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo, en una zona montañosa con pendientes e inclinaciones; en estudios preliminares ya se lo señalaba como un sector vulnerable por "susceptibilidad de movimiento de masa de alta a media".

De hecho, desde 2015 se han registrado 133 deslizamientos y 13 aluviones en Alausí, según cifras de la Secretaría de Riesgos. Pero, ¿qué es un deslave y cuáles son las señales de advertencia?

De acuerdo, a la Secretaría de Riesgos, un deslave es la caída de rocas o tierra desde una ladera, este puede ser de forma lenta o rápida, y se produce en épocas de lluvias o a causa de un sismo. "Dependiendo de la magnitud, destruye todo lo que se encuentra a su paso", informa la entidad.

Por su parte, el geólogo Carranco, agrega que el término general que se emplea para llamarlo es Fenómeno de Remoción en Masa (FRM) y dentro ellos hay varios tipos como: el aluvión, el deslave, la avalancha, los hundimientos, entre otros.

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El deslizamiento ocurrido en Alausí fue de tipo rotacional, explica el experto, "por el de movimiento y material arcilla, arena, rocas". Se presenta en zonas con laderas con pendientes moderadas a fuertes.

Según Riesgos, la costa, sierra y en la región oriental ocurren deslizamientos porque Ecuador es un país montañoso, "cuando el suelo recibe una gran cantidad de agua, la tierra se ablanda y se desprende formando flujos de lodo, que se precipitan pendiente a bajo", explica la entidad.

Por otro lado, señala que las personas también contribuyen a que ocurran deslizamientos, "cuando construyen con materiales pesados en terrenos débiles, o cuando realizan excavaciones que desestabilizan las laderas". Asimismo, la deforestación también es una causa de los deslizamientos, porque el suelo queda desprotegido.

La Secretaría de Gestión de Riesgos nombra algunas de las advertencias que las personas pueden reconocer, ante un deslave.

Las más frecuentes, señala, son las deformaciones o agrietamientos en la tierra. Asimismo, la inclinación de los árboles; también, los caminos de herradura se desvían al igual que las cercas.