07 may 2022 , 09:33

21 jueces de paz se posesionaron en Quito

Trabajarán en las zonas de Llano Chico, Amagasí del Inca, La Magdalena, San Juan y San José del Condado

Un total de 21 jueces de paz fueron posesionados en Quito por el Consejo de la Judicatura y la Secretaría de Seguridad y Gobernabilidad del Municipio. Su objetivo será fomentar una cultura de paz y participación ciudadana en los sectores que poseen altos índices de conflictividad social.

Daniela Valarezo, secretaria de Seguridad y Gobernabilidad, manifestó que los nuevos funcionarios tendrán la capacidad de resolver conflictos en sus barrios, cerca de sus vecinos y brindar a la ciudadanía un mejorado acceso a la justicia.

Los jueces de paz pertenecen a las comunidades de Llano Chico, Amagasí del Inca, La Magdalena, San Juan y San José del Condado. Andrea Suntaxi, pertenece a la zona de Llano Chico. Señaló que el proceso de selección duró alrededor de un mes y fue de mucho enriquecimiento y conocimientos.

“Un juez de paz funciona como un método alternativo de justicia. Fuera del complejo judicial, de los jueces ordinarios o de otras instancias. Tenemos la mediación y ahora este método que asumimos para solucionar conflictos y que nuestras decisiones tengan fuerza ante la ley”, expresó Suntaxi.

La Justicia de Paz se orienta a garantizar el acceso rápido y efectivo a los servicios judiciales por parte de quienes habitan en áreas rurales y urbano marginales.

Para el efecto, los jueces de paz tienen la facultad de resolver conflictos con base en criterios de equidad, tomando en cuenta aspectos culturales concretos que, sin ir en contra de la ley, no están explícitos en normas o documentos legales. Estas resoluciones buscan poner fin a los litigios para que las partes involucradas no vean vulnerados sus derechos constitucionales.

Dentro de sus competencias se encuentran la resolución de conflictos por obligaciones patrimoniales de hasta cinco salarios básicos unificados, arrendamientos, contratos, deudas, conflictos laborales, casos sobre compra y venta de bienes. También problemas de convivencia comunitaria, familiares, ambientales, ente otros.

Para Brandon Catucuamba, del barrio Amagasí del Inca, todo el proceso ha sido desarrollado de acuerdo a la norma. “Nos han elegido las mismas personas de los vecindarios y hemos estado preparándonos. Ha sido un gran esfuerzo también, y estamos listos para solventar los conflictos pequeños”.

Este proyecto tiene como uno de sus objetivos fortalecer una cultura de paz. Superar barreras de acceso a la justicia de forma rápida, efectiva, de calidad y gratuita, así como repotenciar la justicia comunitaria y restaurativa y promover la conciliación y la gobernabilidad.

Noticias
Recomendadas