11 sep 2021 , 07:00

15 ecuatorianos murieron en el atentado a las Torres Gemelas en EE.UU.

Algunas familias nunca recibieron los restos de sus parientes fallecidos.

Fueron 15 los ecuatorianos que murieron en los atentados perpetrados a las Torres Gemelas de Nueva York en Estados Unidos, hace dos décadas. Algunos familiares de aquellas víctimas relataron los momentos de horror y confusión que vivieron. En ciertos casos, los restos de los fallecidos nunca fueron devueltos a sus familias.

Resultaba impensable que ocurra algo así: un atentado de esta magnitud a un país al que muchos quieren llegar por mejores días. Veinte años después, por este ataque hay heridas que aún no cierran, incluso a miles de kilómetros de Nueva York, por ejemplo en la montañas de Paute en Ecuador.

Tránsito Quintuña tiene 86 años y es madre de Manuel Asitimbay, quien era cocinero en uno de los restaurantes de las torres. Manuel trabajaba muy duro desde el primer día que llegó a Estados Unidos para enviar dinero hasta Tuntag-Huintul, comunidad donde Tránsito aún vive y lo recuerda. Tránsito detalla que llegó hasta Nueva York para repatriar el cuerpo de Manuel, pero nunca lo pudo encontrar.

De las 15 víctimas ecuatorianas que dejó el atentado a las Torres Gemelas en 2001, 7 de ellos provienen de las provincias australes. Salieron de esta zona buscando mejores oportunidades laborales ante la crisis que nacía a inicios de los 2000. Un fenómeno que hasta el día de hoy se siente en estas zonas.

En Cuenca hay familias que han transitado el mismo camino de pocas respuestas sobre qué ocurrió con los restos de las víctimas del 11 de septiembre.

Carlos Doria habla de su yerno Luis Chimbo como si fuese un hijo más. Él atendía en el restaurante 'Windows of the World' de los pisos 106 y 107 de la torre norte y relata que su cuerpo nunca fue encontrado.

En la ciudad de Biblián, provincia del Cañar, los familiares de Henry Romero pudieron escuchar sus últimas palabras. Su tía, Rosario Idrovo, cuenta que perdió la cuenta de cuántas veces lo llamaron, sin embargo, Henry trabajaba como pastelero en las torres, sí pudo contactarse con uno de ellos, minutos después del atentado. “Sabes que yo estoy aquí entre el humo. De esta no me salvo, solo le pido que me cuides a mi hermano, a mi primo Guillermo y a mi mamita que está en Ecuador”. Su cadáver fue encontrado a los 8 días.

20 años después de los ataques terroristas, aún hay familias ecuatorianas que prefieren no abrir esa página nuevamente. Otros en cambio pueden contarlo sin evitar el dolor de una pérdida tan abrupta. Una herida que difícilmente va a cicatrizar pese a la distancia, pese a los años.

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