El minino Milo vivió un episodio traumático tras su habitual chequeo con el veterinario.
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REINO UNIDO.- El minino Milo vivió un episodio traumático tras su habitual chequeo con el veterinario. Fotos: Redes sociales
El gato Milo vivió un episodio traumático esta semana cuando su dueño, John Reed, lo llevó al veterinario en Frizington, Reino Unido. El felino cambió de expresión tras percatarse de que había sido castrado.

Milo, de seis meses, aprendió la lección más dura de su vida al comprobar que no hay que dormirse cuando lo llevan a un sitio ajeno. Reed y su pareja, Julia, documentaron la expresión desolada de su mascota mientras investigaba el estado de su cuerpo.

"Fue impagable. Tardó una hora más o menos en darse cuenta de lo que había pasado. Se miró abajo y se percató de que faltaba algo y lanzó un alarido increíble", explicó Reed, de 58 años. Él y su pareja castraron al felino por salud, pero es visible que el pobre gato no quedó feliz con esa decisión.
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