La Unión Europea pide al presidente Donald Trump que defienda la seguridad de Europa

Avanzan los preparativos para el encuentro entre Estados Unidos y Rusia, previsto para este viernes 15 de agosto, mientras líderes europeos observan con preocupación que el presidente Volodímir Zelenski o alguno de sus voceros no haya sido convocado.

En un comunicado emitido a primera hora del martes, los líderes del bloque señalaron que “acogen con satisfacción los esfuerzos del presidente Trump para poner fin a la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania”. Sin embargo, subrayaron que “el camino hacia la paz en Ucrania no puede decidirse sin Ucrania”.

La reunión entre Donald Trump y Vladímir Putin se llevará a cabo en Alaska, aunque no se ha revelado la ubicación exacta. El presidente de Estados Unidos anticipó que, para lograr el fin de las hostilidades, “habrá algunos intercambios de territorios”, lo que implicaría “algunas cosas malas para ambos”, tanto para Kiev como para Moscú.

Medios europeos informaron que Moscú ya ha presentado un plan para cesar la ofensiva, el cual incluye que Ucrania ceda las regiones del este actualmente ocupadas y que Estados Unidos levante la mayoría de las sanciones económicas contra Rusia.

Los europeos harán un nuevo intento por convencer a Trump de incluir a Ucrania en las conversaciones con Putin. Este esfuerzo se llevará a cabo el miércoles 13 de agosto en reuniones virtuales convocadas por el canciller de Alemania, Friedrich Merz.

Trump ya ha declarado que, luego de cuatro años de guerra, las aportaciones de Zelenski no han conducido al fin del conflicto.

Por su parte, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, afirmó que los ucranianos no aceptarán entregar su territorio al invasor (Rusia) y advirtió que, sin su participación en el encuentro de Alaska, “no lograrán nada”.

Para Europa, ceder cuatro regiones del país —dos en el este y dos en el sur, incluyendo la península de Crimea— solo incentivaría a Putin a fijar su mirada en otros países europeos. Actualmente, Ucrania controla la región de Kursk, una pequeña fracción de territorio ruso, mientras que las fuerzas de Moscú mantienen ocupada aproximadamente una quinta parte del territorio ucraniano.