Gran Polémica en Medellín por la feria popular Brujería de Comfama

Una intensa polémica se desató en redes sociales y en el ámbito político de Medellín por la realización de la feria popular Brujería, organizada por Comfama, la caja de compensación familiar antioqueña. El evento está programado para este 17 y 18 de octubre en el Claustro de la entidad y busca abordar una variedad de espiritualidades y prácticas rituales no hegemónicas desde perspectivas históricas, narrativas y artísticas.

La controversia se encendió cuando el representante a la Cámara por Antioquia, Luis Miguel Rodríguez, publicó un video criticando duramente la feria. El congresista argumentó que la actividad va en contra de la moralidad cristiana y los valores familiares antioqueños de "Dios, familia, trabajo". Incluso, solicitó formalmente a Comfama la cancelación del evento, respaldado por una cincuentena de empresas que se unieron a la oposición.

Rodríguez también cuestionó el origen de los fondos, señalando que se estaban usando "recursos públicos fiscales pagados por los trabajadores antioqueños" para promover una actividad que, según su interpretación, ni siquiera está contemplada dentro de la Ley 133 de 1994 sobre libertad religiosa. A él se sumó el concejal de Medellín, Andrés “Gury” Rodríguez, mientras que otro representante a la Cámara, Andrés Carvalho, salió en defensa de la feria como una "invitación cultural" sin peligro moral.

Ante el aluvión de críticas, Comfama respondió con un comunicado claro e inamovible. La entidad ratificó que la feria no se cancelará y que se llevará a cabo como conmemoración de los 50 años del Congreso Mundial de Brujería que se realizó en Bogotá en 1975, en alianza con la Corporación Otraparte. Su argumento central es que buscan darle cabida a las diferentes cosmovisiones presentes en el país, un derecho amparado por la Constitución.

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Además, la caja de compensación refutó categóricamente el tema de la financiación. En su comunicado, Comfama precisó que la programación se financia con recursos de compensación familiar, los cuales, según la normativa vigente, no se consideran fondos públicos. Esta aclaración busca desvirtuar uno de los principales señalamientos hechos por los opositores al evento cultural.

La defensa de Comfama también se centró en un mensaje de inclusión y respeto. "Escuchamos el desacuerdo, respetamos e invitamos a comprender que en el país en paz que queremos construir caben todas las formas de ver el mundo y celebrar la vida", señalaron, ratificando: "No cancelaremos el evento ni despediremos a nadie". Esto puso la discusión en el terreno del debate cultural y la diversidad.

La feria, que incluye charlas, exposiciones, rituales, un mercado y conciertos, tiene el objetivo de resignificar la palabra "brujería". La entidad cultural sostiene que el término se utiliza para visibilizar prácticas y saberes ancestrales que históricamente han sido marginados o vistos con superstición, y que son fundamentales en la construcción de la identidad cultural colombiana.

De esta manera, el evento no solo es un encuentro cultural, sino un catalizador de la conversación pública que polariza a los usuarios en redes sociales: unos tachan a Comfama de promover la "inmoralidad" y otros aplauden que una institución abra espacios para la inclusión y el reconocimiento de las expresiones simbólicas no tradicionales, llevando a la mesa un debate sobre la libertad de creencias en la sociedad contemporánea.

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