23 may 2014 , 10:33

El papa peregrina a Tierra Santa con los mismos pasos y espíritu que Pablo VI

El avión del pontífice aterrizará poco después del mediodía de mañana, en el aeropuerto reina Alia.

El papa inicia mañana su primer viaje a Tierra Santa, un periplo que concibe como una peregrinación y que tendrá como principales hitos dos misas multitudinarias en Jordania y Palestina, además del encuentro ecuménico con el patriarca ortodoxo, Bartolomeo I.

 

El avión del pontífice aterrizará poco después del mediodía, en el aeropuerto reina Alia, de Jordania, y de allí se desplazará en coche hasta el palacio de Amman, donde mantendrá un breve encuentro con los reyes Abdalá II y Rania.

 

Jordania, tierra de mayoría musulmana pero con importante raíces bíblicas, y el Vaticano celebran este año el vigésimo aniversario del establecimiento de sus plenas relaciones diplomáticas, unos lazos caracterizados por el entendimiento y la concordia, dijo a Efe un alto responsable religioso jordano.

 

Según cifras oficiales, en el reino hachemí, sólo un 5% de la población -calculada en unos 6 millones de habitantes- profesan el cristianismo, que tiene en el monte Nebo y en el lugar del bautismo de Bethany sus principales lugares de peregrinación.

 

Francisco oficiará una misa multitudinaria en el estadio de Ammán, desde donde enviará un mensaje de humildad y conciliación a un crisol de comunidades árabes: en el recinto compartirán experiencia mística cristianos jordanos, palestinos y sirios, muchos de ellos refugiados.

 

Una vez concluida, el pontífice -el cuarto que visita el país, tras Pablo VI y de sus dos predecesores- se trasladará a Bethany para rezar en el lugar que predicó San Juan Bautista y compartir cena con niños sirios obligados a abandonar su país por la guerra.

 

El domingo, entorno a las 8:30 hora local (6:30 GMT), Francisco inicia la parte mas compleja de su periplo, cuya organización ha supuesto un pulso político entre palestinos e israelíes que, en algunos casos, ha incomodado a la diplomacia vaticana.

 

A bordo de un helicóptero del Ejército hacehmí, el pontífice entrará en Palestina a través de la frontera con Jordania y aterrizará en Belén, donde será recibido por el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abas, antes de dirigirse a la plaza de la Natividad.

 

Allí, y ante más de 8.000 cristianos llegados desde todos los rincones de Palestina -incluida Gaza-, celebrará su segunda y última misa multitudinaria, que incluirá una homilía y el "Regina Coeli" en honor a la Virgen junto al templo en el que la tradición sitúa el alumbramiento de Jesús.

 

Después, el papa comerá con familias palestinas -Francisco ha eludido todo almuerzo oficial-, rezará en privado en la gruta de la Natividad y hará un recorrido en coche descubierto que le permitirá observar el muro de segregación israelí y compartir unos minutos con niños del campo de refugiados palestinos de Dheisheh.

 

"El objetivo es que el papa pueda sentir el calor de los cristianos palestinos y que estos puedan verlo, ya que nos tememos que en Jerusalén sea imposible por el toque de queda que impondrá la seguridad israelí", explicó a Efe el padre Jamal, uno de los organizadores de la etapa en Belén.

 

Concluida la visita a la aldea donde nació Jesús, el papa se verá obligado, por razones diplomáticas, a volar en el helicóptero jordano a Tel Aviv para viajar después a Jerusalén, pese a que apenas ocho kilómetros separan Belén de la ciudad santa.

 

En Jerusalén, Francisco celebrará el domingo por la tarde el que según la Iglesia católica es el acto central de su peregrinación: la reunión en la iglesia del Santo Sepulcro con el patriarca de la Iglesia ortodoxa.

 

El objetivo del encuentro es rezar por la unidad del cristianismo y rememorar la histórica reunión ecuménica que hace 50 años celebraron sus predecesores, Pablo VI y Atenágoras I.

 

El lunes, día en el que los musulmanes celebran la milagrosa ascensión al cielo de Mahoma desde Jerusalén, Francisco se reunirá con el muftí de la ciudad en la disputada Explanada de las Mezquitas, y rezará frente al Muro de las Lamentaciones, el lugar más sagrado del Judaísmo.

 

Después se reunirá con los dos principales rabinos y cumplirá con los actos protocolarios a los que el Gobierno israelí obliga a todo jefe de Estado: visita al Museo del Holocausto y homenaje en la tumba del fundador del sionismo, Theodor Herzl.

 

Luego departirá con el presidente de Israel, Simón Peres, en la sede de la presidencia, y recibirá al primer ministro, Benjamin Netanyahu, en la Iglesia de Notre Damme, situada en la zona que hasta 1967 separaba Jerusalén Este del resto de la ciudad y que es territorio del Vaticano.

 

El periplo concluirá la tarde del lunes con una homilía privada en el edificio del Cenáculo -cuya propiedad se disputan Israel y el Vaticano- y un encuentro con religiosos en el huerto de Getsemaní, lugar en el que Jesucristo inició su pasión.

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