El Papa Francisco pasa breves momentos sin oxígeno, pero su estado de salud sigue estable

El Papa Francisco, quien lleva hospitalizado desde el pasado viernes 14 de febrero por problemas respiratorios, sigue siendo tratado por una bronquitis que derivó en neumonía bilateral. Según un comunicado oficial del Vaticano, su estado de salud se mantiene estable y sin cambios este lunes 17 de marzo, aunque los médicos han indicado que el pontífice ha mostrado mejoras graduales en las últimas semanas.

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La oficina de prensa del Vaticano informó que el Papa ha logrado pasar, en momentos breves, sin el apoyo adicional de oxígeno, como ocurre cuando se desplaza por el hospital. Este es un avance significativo, dado que el papa de 88 años ha estado utilizando una cánula nasal de alto flujo durante el día para facilitar su respiración.

El último parte médico difundido el sábado detalló que, aunque la situación sigue siendo estable, el Papa debe continuar con su tratamiento hospitalario, combinando fisioterapia respiratoria y motora, además de momentos de reposo, oración y trabajo.

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Este lunes, el Vaticano publicó una nueva imagen del Papa Francisco, la primera desde su hospitalización. En ella, se le muestra sentado en una silla de ruedas y algo cabizbajo, ante el altar de su capilla privada en el hospital Gemelli de Roma. En la foto, el Papa aparece sin su cánula nasal, lo que indica una mejora en su capacidad para respirar sin la ayuda constante de oxígeno.

A pesar de estas mejoras, el Papa no ha realizado ninguna aparición pública desde que fue ingresado y los médicos siguen ajustando su tratamiento. Después de una crisis respiratoria el 3 de marzo, se le empezó a administrar oxígeno con mascarilla durante la noche. Sin embargo, los médicos han comenzado a reducir gradualmente la cantidad de oxígeno administrado, tanto en las noches como durante el día, lo que es una señal de que su capacidad pulmonar está mejorando.

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El 10 de marzo, los médicos dejarían de considerar reservado su pronóstico, aunque aún no han dado una fecha para su alta hospitalaria. Según fuentes del Vaticano, el Papa continúa con una recuperación lenta, aunque progresiva. Esta hospitalización, que es la más larga de su pontificado de 12 años, ha generado preocupación sobre su salud y sobre la continuidad de su liderazgo, especialmente después de que rechazara renunciar como su predecesor Benedicto XVI en 2013.

El Vaticano continúa monitoreando de cerca la salud del Papa y sigue pidiendo oraciones por su recuperación.