07 mar 2013 , 04:15

Los beneficios del sexo tántrico

   
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Además de para reproducirse y para pasar un buen rato, el sexo es también una vía de conocimiento de uno mismo, de crecimiento personal y hasta de expansión de la conciencia. O al menos esa es la idea de filosofías tan antiguas e interesantes como el tantra, en India, o la alquimia interna taoísta, en China.

 

Cuando se habla del tantra referido a la sexualidad, la gente lo asocia inmediatamente con técnicas mentales y corporales dirigidas a retardar la eyaculación y prolongar así la duración del encuentro sexual. Pero el tantrismo es más que eso, es toda una filosofía que comprende muchas otras áreas de la vida. Como cuenta Munindra, maestro tántrico que imparte clases de tantra yoga en España en su escuela Tantraway.

 

“El Tantra es una atención plena a todo el movimiento energético de nuestra vida. Entendiendo como energía a los pensamientos, deseos, emociones… A pesar de que cuando alguien viaja a la India, lo que más le sorprende es generalmente la espiritualidad, los indios siempre han sido muy conscientes de la corporeidad, de la sexualidad, por eso construyeron templos eróticos. Ellos vieron que el hombre tenía una desconexión entre cuerpo y espíritu, y el tantra dio una solución a esto, los unió. Los tántricos descubrieron el mundo de la energía, mucho antes de que lo hiciera la ciencia y constataron que la libido es la fuerza más poderosa del ser humano”.

 

“El tantra está de moda”, dice Munindra, “porque hay una intuición de que existe algo más en el sexo aparte de pasar un buen rato, y porque la sexualidad en occidente ha sido siempre bastante pobre, a pesar de la revolución sexual. Acceder a una sexualidad más profunda, donde haya más implicación personal, que no sea un mero acto que se hace durante unos minutos empieza a interesar a algunos. Claro que esto no debe verse como una tarea, porque si no estaríamos intelectualizando todavía más el sexo, el tantra lo ve como un juego. No se trata de tener un trabajo más que hacer, sino de estar más atento y aplicar unas cuántas técnicas”.

 

Entre estas técnicas está la de retener más tiempo la eyaculación, el trabajo con el músculo perineo -en ambos sexos- para trabajar los músculos vaginales y el pene, la respiración, posturas de yoga que ayudan en la relación sexual, etc. Es un entrenamiento.

 

“Muchos de los ejercicios que proponen ahora los sexólogos para mejorar la calidad de las relaciones vienen del yoga o del tantra”, asegura Munindra, “porque los tántricos se dedicaron a estudiar la sexualidad del ser humano muy profundamente y tenían una cosa que nosotros no tenemos: tiempo. La sexualidad por si misma no es solo un momento de placer sino que tiene efectos beneficiosos a nivel físico y psicológico, como todos sabemos, pero luego, dirigida de cierta manera puede llegar a proporcionar experiencias de un mayor nivel de conciencia, parecidas a las que pueden tener meditadores profesionales o gente que investiga con las drogas.

 

La sexualidad puede ser también un vehículo muy poderoso de crecimiento personal. Trabajando esa energía se puede dirigir hacía la creatividad artística o para recrearse a uno mismo, como el mito del ave fénix, que renace de sus cenizas, y que traducido al lenguaje informático sería como resetearse a sí mismo. Pero todo esto hay que aprenderlo. Lo que sabemos del sexo es lo básico, lo que sabe un animal. Si queremos tener una sexualidad más profunda deberemos aprender para que los beneficios serán mayores”.

 

Nota completa: S Moda (España)

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