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Charlie sufría una extraña enfermedad, y sus padres libraron una batalla legal para sacarlo del país y llevarlo a EE.UU.. Foto: AFP
"Nuestro maravilloso chico se ha ido", dijo la madre del pequeño Connie Yates.
El bebé británico afectado de una rara enfermedad genética, Charlie Gard, cuyo caso despertó controversia mundial, falleció este viernes, informó la madre.
Gard falleció a una semana de cumplir su primer año de vida. "Nuestro maravilloso chico se ha ido, estamos tan orgullosos de ti, Charlie" dijo Connie Yates, la madre del bebé, después de que los médicos le retiraran la asistencia respiratoria que lo mantenía en vida.
El bebé de once meses fue trasladado del hospital londinense de Great Ormond Street hacia una unidad de cuidados paliativos para terminar sus días.
"El hospital rechazó nuestro último deseo", dijo Connie Yates, la madre de Charlie, luego de que la Alta Corte de Justicia le rechazara el jueves un plazo adicional antes de detener la asistencia respiratoria.
"Queríamos sólo estar en paz con nuestro hijo, sin hospital, sin abogado, sin prensa. Sólo un momento privilegiado con Charlie, lejos de todo el resto, para decirle adiós con todo el amor posible", declaró en un comunicado.
El hospital indicó por su parte que los médicos habían "intentado absolutamente todo" para responder a las demandas de los padres, pero subrayó que tomar "el riesgo de que Charlie termine de manera imprevista y caótica es un resultado impensable para todas las personas concernidas, que dejarían a los padres sin los últimos instantes con él".
Charlie sufría una extraña enfermedad, el síndrome de depleción del ADN mitocondrial, lo que causa debilidad muscular progresiva en el corazón y otros órganos clave, necesitando un aparato respirador al no poder realizar la función por sí mismo.
Durante cinco meses el matrimonio libró una larga batalla legal para que le permitieran sacar a su hijo del hospital y trasladarlo a Estados Unidos para recibir un tratamiento experimental, pero perdió sus apelaciones ante tribunales británicos y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en Estrasburgo.
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