El descenso del 27 % respecto a 2023 marca un hito en la lucha contra la crisis de opioides, aunque los niveles siguen siendo superiores a los prepandémicos
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Estados Unidos registró alrededor de 80 000 muertes por sobredosis en 2024, lo que representa un descenso del 27% en comparación con las más de 110 000 fallecimientos reportados el año anterior, según datos difundidos por Associated Press. Se trata de la mayor reducción interanual documentada desde que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) comenzaron a recopilar estas cifras hace 45 años.
Pese a la caída histórica, los expertos advierten que el número de muertes por sobredosis continúa por encima de los niveles registrados antes de la pandemia de COVID-19, lo que refleja la persistencia de la crisis de opioides en el país.
Las claves detrás del descenso
Entre los factores que han impulsado esta mejora se encuentra el aumento en el acceso a la naloxona, un medicamento que revierte los efectos de una sobredosis y cuya venta sin receta se ha expandido significativamente. Además, los miles de millones de dólares derivados de acuerdos legales con fabricantes de opioides han permitido financiar programas de prevención, tratamiento y apoyo comunitario a lo largo del país.
Estados como Ohio y Virginia Occidental, considerados epicentros de la epidemia, han mostrado reducciones particularmente marcadas, gracias a la implementación de iniciativas focalizadas en el abordaje comunitario y la atención integral de las adicciones.
Los recursos financieros, estimados en más de 50 000 millones de dólares, se han utilizado para distribuir kits de prueba de fentanilo, mejorar el acceso a vivienda temporal y reforzar redes de atención primaria y salud mental.
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Un enfoque de salud pública
Expertos como Regina LaBelle, especializada en políticas de salud y adicciones, insisten en que este progreso solo será sostenible si se mantienen y fortalecen las medidas actuales, según informa Infobae. “Los fondos deben invertirse estratégicamente en intervenciones efectivas como la distribución de naloxona y la capacitación comunitaria”, sostuvo.
En paralelo, legislaciones estatales han eliminado barreras legales para quienes piden ayuda durante una sobredosis, otorgando inmunidad a ciertas penalizaciones y facilitando el acceso al tratamiento en situaciones de emergencia.
Un cambio comparativo a nivel global
El fenómeno no es exclusivo de Estados Unidos. En Europa, países como Portugal, donde se han aplicado políticas de descriminalización y prevención, también han reportado reducciones en las muertes por sobredosis, aunque a menor escala. Sin embargo, EE. UU. sigue siendo el país con las cifras más altas del mundo, debido en gran parte al uso extendido de fentanilo y otros opioides sintéticos.
A pesar del avance, las autoridades sanitarias coinciden en que la crisis no ha terminado. La caída de las cifras representa un paso esperanzador, pero también un llamado a no relajar los esfuerzos en la lucha contra una epidemia que ha cobrado más de un millón de vidas en las últimas dos décadas.
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