16 feb 2023 , 14:40

Estados Unidos: los detalles del derrame de sustancias tóxicas en Ohio tras el descarrilamiento de un tren hace trece días

El gobierno estadounidense ha intentado desmentir versiones de una supuesta contaminación a gran escala.

Autoridades de Ohio (EE.UU.) liberaron de forma controlada material tóxico de varios vagones de un tren accidentado que tenía el riesgo de estallar y causar estragos en los alrededores hace dos semanas. El accidente ocurrió la noche del viernes 3 de febrero en East Palestine, una localidad en la frontera de Ohio y Pensilvania.

Las autoridades emitieron una orden de evacuación para las personas que viven dentro de un radio de una milla (1,6 kilómetros) del siniestro, por la posibilidad de que se origine una explosión. La orden de evacuación incluyó a varios residentes de Pensilvania.

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Los equipos especializados planearon liberar químicos de al menos cinco de los vagones, que se encontraban inestables, para reducir el riesgo de explosión. Las evacuaciones se extendieron a áreas cercanas en todos los ámbitos en el condado de Beaver (Pensilvania). La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte está investigando la causa del accidente.

Tres residentes de Ohio iniciaron una demanda colectiva contra la empresa ferroviaria Norfolk Southern por los daños que ha causado el incendio y la liberación de compuestos químicos. Harold Feezle, dueño de un negocio en el área, y David y Susan Scheufele presentaron la demanda en el Tribunal Federal del Distrito Norte de Ohio.

Estados Unidos pide 'calma'

El Gobierno de Estados Unidos insistió en que la zona afectada es segura y el agua no está contaminada, pese a los temores de los vecinos. El responsable de la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos (EPA), Michael Regan, estuvo en la zona para calmar los ánimos después de varios días de cruces de acusaciones sobre la respuesta federal ante el suceso, aunque el miércoles reiteró que tanto el agua como el aire han sido testados y no revisten peligro.

La Agencia de Protección medioambiental ha seguido rastreando el área y hasta ayer por la tarde había revisado 486 hogares. En estas inspecciones se está comprobando la calidad del aire, pero también la del agua, y no hay datos que provoquen "preocupación" sobre dicha calidad.

Varios vecinos alegaron que se habían visto afectados por los gases que soltaron los vertidos y denunciando también el efecto negativo que el suceso iba a tener sobre los negocios de la zona.

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El senador republicano J.D Vance también visitó el lugar este jueves y en declaraciones a los medios dijo que si el administrador de EPA quiere convencer de que el agua de East Palestine es potable "debería beberla". Vance también pidió al Departamento de Transporte que aumente las regulaciones para limitar y asegurar el traslado de este tipo de materiales.

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