26 ago 2014 , 04:06

¿Cómo perciben los colibríes el sabor dulce del néctar?

   

Lo que no se explicaban los científicos es cómo pueden percibirlo si carecen del receptor sensorial.

El gusto de los colibríes por el dulce es de sobra conocido, pero lo que no se explicaban los científicos es cómo pueden percibirlo, pues carecen del receptor sensorial para este sabor.

 

Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista Science revela que su receptor de umami (uno de los cinco sabores básicos) evolucionó para percibir la dulzura del néctar.

 

«No hay muchos casos de una función tan complicada reasignada a otra como consecuencia de la evolución», afirma Maude Baldwin, estudiante de doctorado de la Universidad de Harvard y director del estudio.

 

El misterio sobre la habilidad de los colibríes para percibir el dulce comenzó hace una década, cuando se publicó la secuencia completa del genoma del pollo. Fue la primera ave cuyo genoma fue secuenciado y los datos revelaron múltiples secretos: resultó, por ejemplo, que los pollos no tenían un receptor del dulce funcional. Probablemente el azúcar no les sepa mal, pero tampoco les apasiona.

 

La falta de capacidad para percibir los sabores dulces no es un problema para los pájaros que se alimentan de insectos, pero muchos viven solo de néctar, compuesto casi en su totalidad por azúcar, por lo que el equipo se preguntó cómo pueden detectar su fuente de alimento si no perciben su sabor.

 

Gracias a nuevas técnicas genéticas, Baldwin y sus colegas investigaron los genomas de diez tipos de aves, incluidos los colibrís. Todos carecían de receptor de dulce pero sí contaban con el de umami. En el caso de los colibrís, al estudiarlo más de cerca, descubrieron más de diecinueve aminoácidos modificados.

 

La idea de Baldwin fue que estas mutaciones permitieron al receptor de umami percibir el azúcar del néctar. Así, analizó primero cómo reacciona a los aminoácidos y azúcares en tres especies diferentes: pollos, colibrís de Ana (Calypte anna) y vencejos espinosos (Chaetura pelagica), que se alimentan de insectos. En el caso de los pollos y los vencejos, el receptor de umami no reaccionó al azúcar, pero sí fue así en el caso de los colibrís.

 

Baldwin quiere ahora determinar si el receptor de umami tiene esta capacidad en todas las especies de colibríes y si en otras aves se dio la misma evolución. Además, le interesa descubrir si los colibríes son capaces de distinguir entre sabores dulces y umami; con un único receptor para ambos, el reto es considerable.

 

Con información de National Geographic

Noticias
Recomendadas