10 jul 2022 , 08:47

Alberto Fernández llama a la unidad tras las protestas en Argentina, que acumula una inflación del 30%

Hay preocupación en el país por la negociación de la deuda de 45.000 millones de dólares con el FMI.

El presidente argentino, Alberto Fernández, hizo un fuerte llamamiento en favor de la "unidad" de la coalición oficialista, en un contexto de una tensión interna, pero más que todo por una fuerte incertidumbre por el rumbo político y económico del Ejecutivo tras la renuncia del exministro de Economía Martín Guzmán.

La renuncia de Guzmán, motivada, entre otros factores, por las divisiones en el seno del oficialismo y por las críticas de la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, al rumbo económico del Gobierno, provocó una reacción adversa en los mercados internacionales durante toda esta semana.

En ese contexto miles de personas se manifestaron en las calles de la capital y otras ciudades de Argentina el sábado en medio de la celebración del Día de la Independencia, para expresar su rechazo al accionar del gobierno frente a las dificultades socioeconómicas que atraviesa el país.

Portando la bandera argentina, los manifestantes marcharon y mostraron su enojo a través de carteles y cacerolazos, en momentos en que afloran dudas y preocupación en el país sobre la negociación de la deuda de 45.000 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

SE DISPARA LA INFLACIÓN

El principal aspecto que reclaman los argentinos es la carestía de la vida frente a la constante pérdida de poder adquisitivo debido a una inflación desatada que acumula un 30% en lo que va de año y que según analistas podría llegar a 70%, además de la escasez y del alza del precio del dólar en el mercado oficial y el paralelo.

En Buenos Aires, se registraron concentraciones en la Casa Rosada, sede del Gobierno, el Obelisco, la avenida 9 de julio y la plaza de Mayo bajo la consigna “Defendamos la República” o el “Argentinazo”.

La protesta contó con la participación de numerosos sectores políticos, incluso con una fuerte presencia de la izquierda argentina, en una semana marcada por los enfrentamientos entre las distintas fuerzas de la coalición gobernante y tras la dimisión del ministro de Economía y la asunción de la economista Silvina Batakis como su reemplazo.

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“Ha sido una crisis política en el gobierno en el que se ven las grietas que ya existían y que se venían mostrando desde hace meses. Pero la realidad es que cambian de figuritas pero no el rumbo, porque también hay que tener memoria sobre quién es la ministra Batakis, que ya fue ministra de Economía en la provincia de Buenos Aires durante el gobierno de Scioli, fue la ministra que achicó los proyectos de salud, de educación de infraestructura”, afirmó Celeste Fierro, dirigente del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST).

“Hay que romper con el FMI y desconocer esta deuda porque es una estafa, las estafas no se pagan y esta deuda es odiosa, fraudulenta e ilegitima”, añadió.

Por su parte, Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo por el partido Izquierda Socialista, declaró a la AP que “un 9 de Julio, donde se celebra la primera independencia nacional, el Frente de Izquierda con un montón de organizaciones marcha a plaza de Mayo, para plantear que hay que romper los lazos que nos atan a las cadenas del FMI, dejar de pagar la deuda”.

“Es la deuda de los usureros internacionales, los bonistas privados son usureros internacionales”, señaló.

Para el diputado, se trata de “un pacto colonial de dependencia y de saqueo” que está generando una inflación anual del 80% en el país.

Giordano añadió que el peligro de seguir pagando esa deuda es que "ya está consolidado el hambre, la pobreza y la indigencia” y que el dinero del pago se debería invertir en “trabajos, salarios, salud y educación”.

Para Gabriel Solano, legislador de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por el Partido Obrero, el país se encuentra al borde la hiperinflación.

“Hoy sería la independencia de Argentina y queremos subrayar la contradicción de que hoy Argentina está más sometida que nunca, por el Fondo Monetario Internacional”, afirmó Solano. “La deuda es impagable”.

Solicitó que se investigue “el pueblo argentino tiene derecho a saber quién se benefició con esa deuda y quién nos endeudó en funciones de qué intereses”.


Las protestas en la capital fueron secundadas en las otras grandes ciudades argentinas, como Mendoza, Córdoba, Mar de Plata, Santa Fe y Rosario, entre otras. Las convocatorias realizadas por redes sociales llamaron a un “Argentinazo”.

“El acuerdo con el FMI es un fracaso, dijeron que la única manera que había era cerrar este acuerdo con el FMI para evitar que la Argentina quedara aislada del mundo, para evitar una devaluación para evitar un montón de cosas que está pasando hoy en nuestro país”, sostuvo Federico Winokur, dirigente del partido Nuevo MAS (Nuevo Movimiento al Socialismo), para quien el acuerdo no fue la solución, sino el problema.

“Por eso pedimos la anulación del acuerdo”, argumentó.

También hubo presencia de sectores de la oposición y grupos de derecha.

“Argentina sin Cristina”, fue una de las consignas que expresaron los manifestantes, en referencia a Cristina Fernández de Kirchner, la vicepresidenta del país.

También mostraron un enorme muñeco inflable de la vicepresidenta con ropa de reo, con una marioneta del presidente Alberto Fernández en una mano y un maletín lleno de dólares en la otra —una aparente crítica a los diversos juicios pendientes de la mandataria y a sus problemas con la justicia.

Otro grupo mostraba una gran guillotina con ruedas que les acompañó en su trayecto.

“Estamos contra todos los políticos. La guillotina ¿qué es? De manera simple es cortarle la cabezas a todos, el gobierno, los que están, porque no están haciendo nada, porque estamos todos peor y la oposición también porque está muy tibia”, explicó Marina Palomo, una ciudadana argentina que resumía el enojo de los congregados.

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