19 mar 2014 , 01:37

Air Canada y DHL suspenden sus servicios aéreos en Venezuela

Esta crisis se gestó por el régimen de control de cambio vigente, implantado por Chávez desde 2003.

Air Canada, la línea aérea canadiense, y el servicio de mensajerías exprés DHL anunciaron en dos comunicados por separado que dejarán de cubrir rutas desde y hacia Venezuela.

 

La aerolínea canadiense alegó, desde su sede corporativa en Toronto, los “disturbios en Venezuela” como una circunstancia que le impide garantizar “la seguridad de sus operaciones”. Hasta el anuncio, Air Canada hacía tres vuelos semanales entre Caracas y Toronto.

 

Por su parte, DHL —integrante del grupo alemán de servicios postales, Deutsche Post— informó a través de un boletín de su operador local, que ha suspendido “todas aquellas operaciones de envíos entre terceros países [cuyo origen, destino y demás pagos correspondan a países distintos a Venezuela]”. La franquicia local podrá hacer envíos dentro de Venezuela.

 

Ambas decisiones corresponden al apogeo de una crisis que, desde hace meses, amenaza con dejar aislada a Venezuela por vía aérea. El gobierno venezolano debe 3.700 millones de dólares a las compañías aéreas y ahora, corto de divisas, trata de negociar un descuento con las empresas internacionales, que ya sienten el peso de esa deuda en sus estados financieros.

 

Algunos de los principales acreedores, como el grupo Avianca —producto de la fusión entre la colombiana Avianca y la centroamericana Taca— y el grupo Latam, ya han reducido sus frecuencias. Se sabe que empresas europeas, como la alemana Lufthansa, han asignado aeronaves más pequeñas que de las de costumbre para servir la ruta a Caracas.

 

Esta crisis se gestó por el régimen de control de cambio implantado por Hugo Chávez desde 2003 y vigente hasta la fecha. Las aerolíneas internacionales venden sus billetes en bolívares, la moneda venezolana, y para repatriar esos ingresos y ganancias a sus cuarteles generales, deben cambiar los bolívares obtenidos por divisas, al valor del cambio oficial. Sin embargo, esa gestión no es libre. Debe contar con el visto bueno de las autoridades del Estado, quienes además entregan las divisas.

 

Los problemas en el flujo de caja le han hecho difícil, cuando menos, al gobierno revolucionario honrar la deuda. Desde hace dos meses intenta negociar con las compañías aéreas que, entre tanto, amenazan con dejar el país. La primera oferta oficial de pagar lo debido mediante suministros de combustible para jets, fue rechazada por impráctica y poco atractiva. Luego, el gobierno venezolano asomó la posibilidad de hacer un pago parcial.

 

Las aerolíneas, agrupadas en la IATA (Asociación Internacional de Transporte Aéreo), piden la definición de un cronograma estricto de pagos. “Si las aerolíneas internacionales no tienen garantizado el pago de sus operaciones en Venezuela, no podrán seguir operando”, advirtió desde Ginebra, Suiza, Tony Tyler, director general de IATA, entrevistado por la cadena CNN en español.

 

Las autoridades venezolanas —como el ministro de Turismo, Andrés Izarra— han expresado su confianza en que la amenaza no se concretará, por el tamaño y rentabilidad del mercado local de viajeros y por la ubicación del Aeropuerto Internacional de Maiquetía, que sirve a Caracas, que se presta para conexiones intercontinentales.

 

El martes se reunieron en el Círculo Militar de Caracas los representantes de 21 líneas aéreas y el ministro de Transporte Acuático y Aéreo, general Hebert García Plaza. Según trascendió, en el encuentro no se produjeron acuerdos.

 

Antes de la reunión, el ministro García Plaza ofreció declaraciones en las que aseguró que Venezuela cortará vínculos comerciales con Air Canada. “No acompañamos ese tipo de comunicados, fue un madrugonazo”, dijo, en referencia al anuncio de la aerolínea.

 

El propio presidente, Nicolás Maduro, había hecho saber durante un mitin político el sábado, que cualquier aerolínea que abandonara Venezuela durante la presente coyuntura “no podrá volver”. También dijo que no había razones para que alguna compañía redujera sus frecuencias hacia destinos venezolanos.

 

Tyler, de IATA, aseguró que las amenazas de Maduro “no ayudan a resolver la situación” y reiteró que “nadie volará en un país donde la evidencia dice que no se les pagará por sus operaciones”.

 

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