¿Qué son las microseries? El fenómeno global que arrasa en TikTok

Primero fueron los chinos, luego Kirby Ellwood y ahora Alejandra Jaramillo con Modo Millonaria. Lo que comenzó como simples piezas publicitarias evolucionó hacia videos cada vez más producidos y, al igual que las muñecas Labubu, terminó convirtiéndose en un fenómeno global, impulsado por TikTok y la lógica del consumo rápido.

Así es, hablamos de las microseries (o microdramas), un producto cultural procedente de China, que ahora ha alcanzado todos los rincones del mundo gracias al algoritmo de TikTok, y que, en un mundo donde manda la inmediatez, se han convertido en el nuevo fenómeno global del entretenimiento móvil.

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Las duanju (短剧, como son conocidas en China) hoy mueven más dinero que el cine nativo de casi cualquier país, y es probable que hayas visto alguna en algún punto de tu vida desde 2020. ¿Qué las hace tan populares?

Caracterizadas por sus episodios de menos de dos minutos, las microseries no dejan espacio para sutilezas: los besos ocurren al primer encuentro, las traiciones se revelan en segundos y cada capítulo termina con un giro que obliga a seguir viendo.

No es casualidad que plataformas como ReelShort, ShortTV, DramaPops o FlexTV estén entre las apps de entretenimiento más descargadas en decenas de países.

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Otro de los secretos de su éxito está en la fórmula narrativa: casi todas siguen los mismos tropos infalibles de las telenovelas clásicas:

Pero más allá del contenido, la clave está en el modelo de negocio, ya que usualmente, los primeros capítulos son gratuitos, pero para continuar hay que pagar, bien sea con monedas virtuales o suscripciones, y casi como si fuera un videojuego (o un casino), el enganche es inmediato y el acceso completo, monetizable.

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La producción de estas series es casi tan veloz como su consumo. En China, se llegan a grabar hasta 100 episodios por semana, mientras que en Europa y Estados Unidos —donde este formato ya se está replicando— el proceso puede tomar entre siete y diez días por serie, según The Economist.

Al igual que los tiempos de grabación, los presupuestos son bastante ajustados, lo que se refleja en la calidad de la producción, especialmente en el doblaje al inglés o español que muchas microseries chinas utilizan para internacionalizarse.

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Sin embargo, nada de esto parece importar frente a las enormes retribuciones económicas que generan, ya que según datos de Sensor Tower y la BBC, hasta marzo de 2025, las aplicaciones de microdramas habían sido descargadas más de 950 millones de veces en todo el mundo. Las proyecciones indican que este mercado podría alcanzar los USD 14 000 millones para 2027.

Para sus fans, estas microseries son una fuente inmediata de entretenimiento y compañía emocional, lo que se ve reflejado en los comentarios en YouTube, Instagram y TikTok, con cientos de usuarios de todo el mundo enganchados a las microseries.

En América Latina, series como Bésame por última vez han acumulado millones de vistas en TikTok e Instagram. En el primer trimestre de 2025, se registraron cerca de 100 millones de descargas en la región, según Sensor Tower.

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La expansión a idiomas y culturas locales es parte de la estrategia de empresas como ShortMax, que ya produce contenido en japonés, español, tailandés e indonesio, lo que se puede denominar como criollización de los duanjus.

El impacto de este tipo de contenido, adaptado a los celulares y al consumo rápido, ha tenido tal impacto que incluso Google incluyó una pestaña de videos cortos en su navegador, mostrando contenido de TikTok y reels de Instagram.

Aunque aún es pronto para afirmar que las microseries dominarán la industria, las tendencias apuntan a que marcarán la forma en que se crea y consume contenido audiovisual en los próximos años.

Con usuarios cada vez más impacientes y algoritmos que privilegian estímulos rápidos y gratificación instantánea —como demuestran diversos estudios, entre ellos los hechos por la Universidad Pontificia de Chile y el National Institute of Health—, esta nueva narrativa breve parece hecha a la medida del público actual.

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Empresas como Content Republic ya planean producir más de 400 títulos al año, mientras una audiencia global paga gustosa por estos snacks emocionales. Todo indica que los duanju no son una moda pasajera.

Aunque en Ecuador aún no exista una industria grande dedicada a producir este tipo de contenido para audiencias locales, es solo cuestión de tiempo antes de que empresas o creadores aprovechen este nicho.

En un mundo donde el tiempo es oro, un minuto basta para enamorarse, sufrir, vengarse y empezar de nuevo. ¿Para qué esperar 100 capítulos si puedes tenerlo todo en la palma de tu mano?

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