The Last of Us: Entre el juego y la serie, un análisis de sus diferencias y aciertos

La adaptación de The Last of Us ha sacudido tanto a los fans de los videojuegos como a los nuevos espectadores, gracias a la visión de Neil Druckmann y Craig Mazin, quienes trasladaron con maestría la exitosa historia del universo gamer a la pantalla de HBO.

En Mundo Gamer repasamos los puntos clave donde la serie acierta, se separa o enriquece la narrativa del juego.

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La historia inicia con un cambio sutil pero significativo: el personaje de Sarah, hija de Joel, es retratado con mayor profundidad en la serie. Aunque su destino es tan desgarrador como en el videojuego, el tratamiento de su personaje marca una primera desviación que funciona.

Una adición aplaudida fue el uso del lenguaje de señas en la historia de Sam, enriqueciendo la empatía del público con el personaje y sumando inclusión a la narrativa.

Otro ejemplo del equilibrio entre fidelidad y creatividad es la muerte de Tess. Aunque esta difiere entre ambas versiones, el impacto emocional permanece intacto. Además, se aplaude cómo la serie integró la historia de Riley y Ellie —originalmente un DLC del juego— de forma natural y emotiva, situándola en el ya icónico centro comercial.

La serie también hace justicia al espíritu de TLOU, en donde es casi una regla no encariñarse con los personajes: las pérdidas llegan de forma brutal, inesperada y devastadora, algo que HBO sabe ejecutar con precisión quirúrgica.

El cierre de la primera temporada reproduce con fidelidad el excelente final del primer juego. La interpretación de Pedro Pascal (Joel) y Bella Ramsey (Ellie) fue clave para lograr un clímax poderoso y abierto a futuras entregas, al igual que en la narrativa original del videojuego.

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Con la llegada de la segunda parte, los guionistas se han atrevido a modificar ciertas dinámicas: en la serie, Joel acompaña a Dina en lugar de a Tommy, mientras Ellie va con Jesse. Estos cambios abren nuevas lecturas y tensiones dramáticas.

Por otro lado, escenas como la aparición de Abby enfrentándose a una horda o el episodio de la fiesta en Jackson, Wyoming, son calcos directos del juego que fueron ejecutados con precisión cinematográfica.

Un detalle encantador para los fans: el cameo de Gustavo Santaolalla, compositor de la música del videojuego, es un guiño que honra el legado del título original.

Alerta de spoiler: aún sabiendo lo que iba a suceder, la muerte de Joel Miller golpeó con fuerza. Es un momento que confirma el compromiso de la serie con la fuente original y su intención de provocar emociones intensas sin concesiones.

The Last of Us ha demostrado que una adaptación puede ser fiel y creativa a la vez, emocionando tanto a los jugadores como a los nuevos espectadores. Si el equipo de HBO mantiene el nivel, estamos apenas al comienzo de una historia que promete romper más corazones y seguir marcando la pauta en la era dorada de las adaptaciones.