En esta pista no hay semáforos ni límites de velocidad, solo adrenalina pura: los pilotos se jugarán el todo por los $5000 en premios, demostrando que el verdadero arte de manejar no está en estacionar bien, sino en tomar la curva a toda máquina sin salir disparado a la llanta de protección. Aquí se pone a prueba la destreza, la estrategia... y la capacidad de no chocar con tu propio ego.
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