02 nov 2013 , 07:45

¿Cómo elegimos a nuestras parejas?, según nueve teorías

   

Cuando seleccionamos una pareja, ponemos en funcionamiento mecanismos conscientes e inconscientes.

¿Por qué elegiste a tu pareja? ¿Y a las anteriores? ¿Por qué tus parejas no se parecen entre sí y sin embargo has estado enamorado/a de todas?

Cada vez que seleccionamos una pareja, ponemos en funcionamiento una serie de mecanismos conscientes e inconscientes, que son distintos dependiendo del momento, de nuestras circunstancias, carencias y necesidades.

Teoría del equilibrio
Según Fritz Heider, psicólogo austríaco, buscamos a personas con pensamientos, valoraciones y creencias similares a las nuestras, de forma que los aspectos positivos y negativos de los dos estén en armonía. Esta necesidad de equilibrio hace que tratemos de cambiar aquellos puntos que nos diferencian de nuestra pareja.

Teoría del intercambio
Thibaut y Kelley dicen “Los seres humanos actúan con otros seres humanos en el pleno reconocimiento de que sus actos serán de alguna manera recompensados”. Al elegir una pareja, hacemos una valoración costo-beneficio y  medimos qué vamos a poner nosotros en la relación y que recibiremos a cambio y si el resultado nos compensa.

Teoría de la igualdad
Según Walster, las personas se sentirán más atraídas hacia aquellas con las que tengan una relación más igualitaria. Queremos que lo que vayamos a dar en la relación sea proporcional a lo recibido. Cuando notamos en una relación que damos más de lo que recibimos, nos sentimos mal en proporción a cómo sea la desigualdad.

Teorí­a de las necesidades complementarias
Lo que popularmente conocemos con la frase de “los polos opuestos se atraen” fue la base de la teoría de Winch. Lo que necesita uno se lo proporciona el otro, como en el caso de las relaciones de dominante y sumiso. Son aquellas que se sienten atraídas por individuos con cualidades que ellos mismos no tienen pero que desearían tener.

Teorí­a del filtro
Kerkoff y Davies afirman que la elección de la pareja se realiza por medio de filtros. Estos filtros pueden ser factores como la proximidad (vivir cerca del otro), el atractivo físico y la similaridad de clase social, cultural y económica. Nos sirven para eliminar candidatos poco interesantes y quedarnos con las parejas potenciales.

Teorí­a evolutiva del amor
Según Wilson, el amor adulto viene de tres instintos:
a) El sentirse protegido: buscamos rasgos parecidos a los de nuestros padres que nos sugieren protección,
b) El de proteger: apreciamos ser necesitados y nos atraen los rasgos que sugieran que lo seremos,
c) El instinto sexual: la fuerza que nos une es la de reproducirnos.

Teoría de atracciones alternativas
Levinger nos habla del compromiso como “la suma total de atracciones y barreras dentro de una relación, menos la suma de las atracciones y barreras que rodean la alternativa externa más relevante”. La calidad de alternativas se refiere al punto en que las necesidades más importantes del individuo se podrían llenar fuera de la relación actual.

Tendencia a la simetrí­a
Es más fácil que nos sintamos atraídos por personas que comparten gustos o actividades similares que por aquellas personas con las que no compartamos ningún marco de referencia. Newcomb afirma que en las relaciones amorosas buscamos exactamente lo mismo.

Teoría del refuerzo
Cuando una persona nos atiende, nos da cariño, atención y, en definitiva, nos refuerza, nos sentimos más atraídos hacia ella. Albert y Bernice Lott afirman que la pareja se refuerza mutuamente valorando también esa actitud de atención. Por ejemplo, si una persona comenta habitualmente a otra lo inteligente que le parece, la reacción del otro será sentirse halagado y aumentar la atención lo que aumentará las probabilidades de que se repita.

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