El papa, un personaje de atracción cinematográfica

Del Vaticano a Hollywood, la figura del Papa ha sido retratada en el séptimo arte en diferentes perspectivas, desde el relato biográfico hasta ahondar en las teorías conspirativas que puedan generarse alrededor del Pontífice que se mencione. Un Santo Padre que oscila entre ser el cordero de Dios hasta un político maquiavélico.

En la selección de series y películas que presentaremos a continuación ser relata la vida de papas reales y ficticios en contextos que, si bien pueden tener bases históricas, están narradas con recursos ficcionales que no son leales al hecho real, sino al recurso del drama necesario para la historia. Ya sea el supuesto asesinato de Juan Pablo I, la presunta red de corrupción de Alejandro VI, quien involucraría a toda su familia con la Santa Sede; o el inventado Pío XIII, quien en la serie que relata la historia sería el primer pontífice estadounidense.

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Para 1990, cuando se estrenó El Padrino III, Michael Corleone (Al Pacino) era un personaje que se había introducido en la cultura popular. Un capo que se volvería en referencia cinematográfica y literaria para hablar de la mafia italiana. Si la primera película narró sus inicios en el crimen organizado; en la segunda, cómo extender el dominio y la decadencia de la familia; y en la tercera, cómo se ha infiltrado en varios aros de poder y quién reemplazaría a Michael. En ese meollo, aparece la Iglesia Católica.

En agosto de 1978, Alberto Luciani fue elegido papa y eligió el nombre de Juan Pablo I. 33 días después, fue encontrado muerto en su cuarto. Aunque el informe médico señala que sufrió un infarto agudo en el miocardio, varias teorías de conspiración se crearon alrededor del fallecimiento.

En El Padrino III, el director Francis Ford Coppola crea un relato donde la mafia italiana lava dinero en el Banco del Vaticano y el Santo Padre debía morir para mantener esa relación entre el crimen organizado y la Santa Sede. Un recurso narrativo para mostrar el poder de la familia Corleone, que ni la Iglesia se salvaba de su intervención.

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En 1929 la Ciudad del Vaticano fue declarada país. Una pequeña nación de 44 hectáreas adentro de la urbe de Roma, capital de Italia. El equivalente de presidente - un representante político - sería el papa. En Cónclave (2024) el sumo pontífice ha muerto y todos los cardenales se reúnen para elegir a su nuevo gobernante.

Como si fuese una elección presidencial en cualquier país del mundo, los favoritos marcan tendencia en cada votación de los cardenales. Entre los grupos predominantes se reúnen para negociar apoyos, se ven filtraciones para desprestigiar a candidatos y personajes que no entraban en las primeras opciones, comienzan a tomar protagonismo. Una dinámica de chantajes, exposición y denuncias que a muchos críticos han hecho relacionarla con la serie House of Cards, que crea un relato de la vida política en Washington D. C., EE. UU.

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El 2013, Benedicto XVI terminó su pontificado y lo relevó Francisco I. En un biopic nominado al Oscar, el director Fernando Meirelles relata varias conversaciones entre los dos Santos Padres, interpretados por Anthony Hopkins como Ratzinger y Jonathan Pryce como Bergoglio, en Los dos papas (2019).

La película aterriza a los dos personajes en su forma más humana. Desde un santo padre que escoge abandonar el trono de San Pedro y otro que fue elegido para reemplazarlo. Sus preocupaciones, desde el pontífice que entra como el que sale; la visión sobre la Iglesia y como la institución se encontraba ahogada en escándalos de abusos sexuales a niños y la pérdida de feligreses, creando una crisis de fe. El largometraje crea cercanía con dos personajes que se encuentran aislados en el Vaticano.

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En una temporada de 10 episodios, el director italiano Paolo Sorrentino contó la historia ficticia del primer pontífice estadounidense en la serie El joven papa de 2016. El actor británico Jude Law interpretó a Pío XIII, un Santo Padre menor de 50 años que tiene a los pilares del Vaticano en cómo actuara frente a las necesidades de la milenaria institución.

Un papa amante a la Coca Cola y al cigarrillo llega a los pasillos de la Ciudad del Vaticano para mostrar cómo funciona la Iglesia. Un Santo Padre ultraconservador, que según Sorrentino sería la continuación de Pío XII, quien fue conocido por su rigidez, pero narrado desde la visión estética del cineasta italiano conocido por La Gran Belleza (2013) y Parthenope (2024).

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La publicación de El código de DaVinci en 2003 y su adaptación al cine, tres años después, solo fue el comienzo para el escritor Dan Brown y el actor Tom Hanks, quien interpretó al profesor Robert Langdon tanto en esta película como en la adaptación de Ángeles y Demonios (2009). Un papa fallece y un posible atentado de los Illuminati amenaza el cónclave para elegir al nuevo pontífice.

En la película, dirigida por Ron Howard, se muestra un Vaticano imponente pero con enemigos, que se encuentran dentro y afuera de la institución. Además, se explica a vuelo de pájaro el proceso del cónclave y la carga simbólica que tiene la elección del nuevo papa. Por esa razón, Langdon, un profesor de simbología religiosa, es llamado para, como si fuese Sherlock Holmes, descifre quién es el terrorista que amenaza a la Iglesia.

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Rodrigo Borgia se convirtió en papa en 1492 bajo el nombre de Alejandro VI. La casa origen español se volvió sinónimo de ambición a tal punto que han sido retratados múltiples veces en el cine y televisión. En 2011, la serie Los Borgia se estrenó para relatar cómo supuestamente se tomaron la Santa Sede.

En tres temporadas retrataron los diferentes personajes: el papa Borgia y a sus tres hijos, Lucrecia, Juan y César, quien será clave para la interpretación de la política moderna, sobre todo en la elaboración del libro El príncipe del filósofo italiano Nicolás Maquiavelo. Corrupción, excesos, sicariato e incesto, son de los temas centrales que se observarán mientras la familia va dominando Italia.

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