16 may 2025 , 11:34

Una Libertadores cuesta arriba

IDV, Barcelona SC y Liga de Quito llegan a la última jornada de la fase de grupos obligados a ganar y a esperar resultados ajenos para no despedirse prematuramente del torneo.

   

Por ahora, la Copa Libertadores 2025 está siendo una pesadilla para el fútbol ecuatoriano. A falta de una sola fecha para el cierre de la fase de grupos, ni Independiente del Valle, ni Barcelona SC, ni Liga de Quito están clasificados a los octavos de final.

Los tres equipos todavía tienen posibilidades matemáticas, pero el panorama es tan complejo como angustiante. Las ilusiones, hoy, se sostienen más en el deseo que en la probabilidad.

Independiente del Valle y Barcelona comparten el Grupo B y llegarán al último partido con un duelo directo en Sangolquí, al todo o nada... o casi. Porque ni siquiera el triunfo garantiza clasificación: ambos deben rezar para que Universitario de Perú no sume en su visita al líder River Plate.

Si los peruanos logran empatar en el Monumental, el resultado entre ecuatorianos solo servirá para definir quién irá al repechaje de Copa Sudamericana. Sí, de depender de sí mismos a depender de un gigante como River, que ya está clasificado y podría rotar jugadores.

El caso de IDV es especialmente frustrante. En Buenos Aires, el equipo de Javier Rabanal jugó uno de sus mejores partidos del año durante 45 minutos. El 2-2 parcial ante River lo ponía cerca de la clasificación, pero una expulsión lo derrumbó anímicamente.

El resultado final (6-2) fue una goleada impensada que además lo dejó con una diferencia de gol muy negativa. Y, paradójicamente, ese mismo resultado fue un salvavidas para Barcelona, que venía de perder ante Universitario y parecía ya sin opciones.

Quote

¿Hay esperanza? Sí, mientras las matemáticas no digan lo contrario. Pero la última jornada se presenta como una montaña que parece más emocional que deportiva.

Liga de Quito también necesita un milagro. En el Grupo C, los albos tienen 8 puntos y cerrarán en casa contra Central Córdoba, que lidera con 11. El problema no es solo ganar, sino golear.

Si Flamengo, que también tiene 8 unidades, vence en Río al eliminado Deportivo Táchira, habrá un triple empate a 11 puntos. Ahí, la diferencia de goles será el criterio clave. Actualmente, Central Córdoba tiene +3, Flamengo +2 y Liga +1.

Es decir, el equipo de Pablo Sánchez debe ganar por dos goles o más al puntero argentino y esperar que Flamengo no arrase en casa al equipo venezolano.

¿Qué nos dice todo esto? Que el fútbol ecuatoriano ha perdido punch en el escenario más exigente del continente. Las últimas ediciones de Libertadores han sido testigos de equipos nacionales que compiten, pero no concretan.

Ni el poderío físico y táctico de IDV, ni el empuje popular de Barcelona, ni la experiencia copera de Liga han alcanzado para consolidar una campaña sólida. El desgaste local, las dudas técnicas y decisiones dirigenciales también pasan factura.

Y aunque haya finales felices, lo cierto es que esta Libertadores ya dejó una lección amarga: competir no basta, hay que ganar. Porque la Libertadores no perdona errores ni improvisaciones.

Y el fútbol ecuatoriano, si quiere volver a ser protagonista, deberá hacer más que sobrevivir hasta la última fecha. Tendrá que empezar a imponer respeto desde la primera.

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