Ecuador rumbo al Mundial 2026: entre la solidez y la incoherencia
Beccacece debe dejar de experimentar con las convocatorias de la selección y hacer de la lógica su mejor aliada.
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Dario Osorio, de Chile, superó varias veces la marca de Pervis Estupiñán, de Ecuador.( )
Con la clasificación al Mundial 2026 prácticamente asegurada, la selección de Ecuador vive una eliminatoria con dos caras. Una que invita a la celebración, con números que la consolidan como una potencia regional en defensa y con un Enner Valencia renacido; y otra que enciende alarmas por decisiones técnicas que amenazan con romper la armonía de un proceso que debería ser de orgullo nacional.
BLINDAJE DEFENSIVO
Pocas veces Ecuador había mostrado una versión tan madura y competitiva como la actual. Con apenas cinco goles encajados en 14 partidos, la Tri presume la mejor defensa del continente. El tridente Torres–Pacho–Hincapié se ha convertido en un muro inquebrantable, mientras que Hernán Galíndez, con reflejos felinos, le ha puesto candado al arco ecuatoriano.
Del medio hacia atrás, el equipo de Sebastián Beccacece es casi perfecto. Moisés Caicedo y Alan Franco mandan en la medular con intensidad, criterio y despliegue físico.
ENNER, RENACIDO
Enner Valencia ha recuperado el fuego competitivo: cinco goles en sus últimos siete partidos de eliminatorias y una influencia que va más allá de las estadísticas.
El capitán ha respondido en silencio, luego de críticas feroces por su penal fallado en la Copa América, y lo ha hecho con goles en las eliminatorias que le han dado victorias clave ante Perú, Colombia, Bolivia y Venezuela.
Con 23 unidades, Ecuador ocupa el segundo lugar de la tabla. Si se consideran los 3 puntos restados por el caso Byron Castillo, la Tri ha hecho una campaña de 26 puntos que, de no haber sido sancionada, la tendría hoy respirando en la nuca de Argentina.
A falta de cuatro jornadas, a Ecuador le falta un punto para clasificar al Mundial.
DECISIONES INJUSTIFICABLES DEL DT
Pero no todo es motivo de festejo. El proceso de Beccacece ha comenzado a verse empañado por decisiones que generan desconcierto y rompen con la lógica deportiva.
La presencia de jugadores sin rodaje profesional, como el juvenil Darwin Guagua, en partidos oficiales de eliminatorias es simplemente incomprensible.
Ante Chile, Beccacece puso como titular a Guagua, de 17 años, a quien le dio 60 minutos para un debut en el que se notó su falta de experiencia y rodaje, algo que era previsible porque nunca ha jugado en primera división con su club, Independiente del Valle.
¿Cuál es el mensaje para otros seleccionables que sí compiten semana a semana en clubes de primera división y luchan por llegar a la selección?
Lo de Guagua no es un caso aislado por parte de Beccace. Esto de llamar a un "invitado", ponerlo en la nómina oficial y hacerlo debutar, ya lo hemos visto con otros dos jugadores del mismo IDV.
Tampoco ha tenido coherencia en la convocatoria de los arqueros, detrás de Galíndez, el seleccionador ha llamado a Gonzalo Valle, suplente en Liga de Quito, y a Moisés Ramírez, que perdió el puesto en IDV debido a sus múltiples errores.
Lleva varias fechas así, no se da cuenta de que si se lesiona Galíndez o lo expulsan, los otros arqueros citados no ofrecen seguridad. También van varios partidos en que no llama a un lateral derecho de oficio.
Beccacece, que ha logrado devolverle el alma competitiva a Enner Valencia y estructurar un bloque sólido, está ahora obligado a blindar también su discurso y sus decisiones.
La selección no puede ser tratada como vitrina para elevar las cotizaciones de jugadores de un mismo club ni debe permitirse grietas internas o polémicas innecesarias cuando está a las puertas de una nueva Copa del Mundo.
NO ARRUINEN LA FIESTA
El pueblo ecuatoriano quiere celebrar. Quiere mirar a Norteamérica 2026 con ilusión. Pero para que el ambiente sea de fiesta, la coherencia tiene que ser la base de todo.
La selección ha demostrado con creces que tiene con qué competirle a cualquiera, pero también merece que los 26 convocados sean producto del rendimiento y no de apuestas personales.
Lo logrado hasta aquí es valioso. Ecuador ha vencido en estadios difíciles, se ha plantado de igual a igual ante gigantes y ha encontrado identidad. Pero para que este sueño no se manche, el técnico debe dejar de experimentar y hacer de la lógica su mejor aliada.
Porque si de algo no tiene dudas la hinchada, es que este grupo, con orden, disciplina y justicia, puede hacer historia, solo falta que sus cabezas remen hacia el mismo lado, sin compromisos particulares.
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