17 mar 2025 , 13:02

Emelec: un rayo de luz en medio del caos y al borde del abismo

Si Emelec incurre en falta de pago por tercera ocasión con cualquier acreedor, perderá automáticamente la categoría.

   

El grito de gol de Facundo Castelli, tras casi un año de ausencia por lesión, fue un respiro efímero en medio de una tormenta que amenaza con llevarse todo a su paso en Emelec.

Uno de los clubes más grandes del Ecuador está al borde del abismo, no solo por su rendimiento deportivo, sino por una crisis institucional sin precedentes que lo tiene al filo de perder la categoría por disposición de la FIFA.

La victoria sobre Liga de Quito cortó una racha nefasta de seis meses sin triunfos y permitió al equipo salir, al menos momentáneamente, del último puesto de la tabla de posiciones. Pero más allá de la alegría del resultado, la realidad es que el club está en cuidados intensivos.

Las deudas con jugadores y exentrenadores han dejado a la institución contra las cuerdas. El presidente electo, Jorge Guzmán, ha sido claro: Si Emelec incumple con un solo pago más, descenderá automáticamente a la segunda categoría, sin importar lo que suceda en la cancha.

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El panorama es desolador. Los nombres de Leandro Vega, Caín Fara, Alexis Zapata, José Cevallos, Ismael Rescalvo, Hernán Torres, entre otros, resuenan no por su legado, sino por las cifras pendientes que ponen en jaque la continuidad del club en la Serie A.

El problema no es solo financiero. La inestabilidad dirigencial ha sido una constante desde el 2023 y ha desembocado en una situación que impide la gestión normal de la institución.

Para ahondar más la crisis del cuadro azul, dos socios presentaron recientemente un recurso de apelación ante el Tribunal Electoral del club, que ha impedido la habilitación de Guzmán y su Directorio ante el Ministerio del Deporte.

Tan grave es la situación que Guzmán aseveró: "Si piden nuevas elecciones luego de 30 días, no participaré porque a esa altura Emelec ya habría perdido la categoría, es más, si se demora una semana más (el registro en el Ministerio) ya entramos en un panorama crítico. La Comisión Disciplinaria de la FIFA es muy clara".

El gran problema de Emelec es que las deudas acumuladas y denunciadas ante la FIFA tienen plazos que están a punto de vencer. Sin una directiva reconocida, poco o nada se podrá hacer para gestionar recursos y pagar. Ahí queda latente lo que ha dicho Guzmán: "Si Emelec incurre en falta de pago por tercera ocasión con cualquier acreedor, perderá automáticamente la categoría".

En medio de este caos, los hinchas de Emelec se aferran a la tenue luz que representa una victoria. Pero la alegría se desvanece rápido cuando la realidad vuelve a golpear: el club está al borde del colapso.

Lo deportivo no puede separarse de lo institucional, y sin una solución urgente a la crisis administrativa y económica, ni los goles de Castelli ni los destellos de sus jugadores podrán evitar un desenlace catastrófico.

El tiempo corre en contra de Emelec, y el margen de error es nulo. La historia de grandeza del Bombillo está en juego. Lo que ocurra en las próximas semanas definirá si esta crisis será solo un capítulo oscuro o el principio del fin de una era gloriosa.

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