Un Barça volcado hacia el sueño del triplete, contra un Inter herido, pero con memoria, se miden este miércoles en la semifinal de ida de la Champions League.
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El delantero brasileño del Barcelona Raphinha, autor de 12 goles en la actual edición de la Liga de Campeones. ( )
El estadio Olímpico de Montjuic volverá a latir con aroma europeo este miércoles. Barcelona e Inter de Milán protagonizan una semifinal de Champions League que no solo enfrenta a dos grandes de Europa, sino también a dos realidades diametralmente opuestas.
La euforia de un Barça que ha renacido bajo la dirección de Hansi Flick y el desconcierto de un Inter en crisis, aferrado a su última bala: Lautaro Martínez.
Los azulgrana llegan como quien toca el cielo con las manos. Derrotar al Real Madrid en una final siempre tiene un impacto emocional y simbólico que trasciende lo deportivo, y el título de Copa del Rey conseguido en Sevilla ha devuelto la fe a un equipo que ha sabido reconstruirse desde las cenizas de temporadas decepcionantes.
La palabra "triplete" ya no parece un espejismo, y eso se nota en la mirada de los jugadores, en la entrega de la afición, en la comunión que se ha forjado entre el banquillo y la grada.
Hansi Flick ha inyectado carácter y orden, pero también una convicción colectiva que hacía años no se veía en el Barça. Sin embargo, la ilusión no puede esconder una realidad física que amenaza con pasar factura.
El equipo está extenuado, y como bien señaló Rafa Alkorta, el Barça no tiene un plan B cuando se queda sin energía para presionar alto. Sigue arriesgando, pero ya no roba, y ahí puede nacer la grieta que aproveche un Inter, aunque herido, todavía peligroso.
Y es que el conjunto de Simone Inzaghi está en su peor momento del año. Tres derrotas consecutivas, eliminación dolorosa en Copa Italia, pérdida del liderato en la Serie A y un bajón anímico evidente.
El Inter se ha desinflado en el momento más decisivo. Su defensa, durante meses infranqueable, ha comenzado a titubear. La ausencia de Pavard y la duda de Thuram son dos golpes difíciles de encajar para un equipo que vive del equilibrio.
Pero en medio del derrumbe hay una figura que se niega a rendirse: Lautaro Martínez. El ‘Toro’ es más que el goleador del Inter. Es su capitán, su emblema, y quien mantiene viva la esperanza de repetir la gesta de 2023.
No está en su mejor año goleador en liga, pero en Champions ha demostrado que es capaz de cargar con el peso del equipo. Si el Inter tiene alguna opción de sobrevivir en Montjuic, pasa por sus pies.
El Barça, por su parte, sabe que este partido puede marcar un punto de quiebre. Volver a una final europea seis años después no es solo una cuestión de títulos, sino de identidad. Este equipo ha sufrido demasiados golpes recientes en Europa como para tomarse a la ligera una semifinal.
Flick lo sabe, y por eso ha pedido concentración total, incluso en medio de la celebración. No quiere que la euforia desborde la estrategia.
Será un duelo de desgaste, de emociones, de precisión. Un Barça volcado hacia el sueño del triplete, contra un Inter herido, pero con memoria. Porque si algo tiene este choque es historia. Una que empezó hace décadas y que ahora suma un nuevo capítulo en Montjuic. Y como siempre en Champions, solo uno sobrevivirá.
¿Podrá el Barça mantener su vuelo o encontrará en el Inter otro obstáculo histórico como aquel del 2010? La respuesta, en noventa minutos —o más— de drama continental.
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