Richard Carapaz ya es tercero en la general. Las últimas cuatro etapas están marcadas por la montaña, su especialidad, donde puede llegar a conquistar el Giro de Italia 2025.
-
Richard Carapaz en una imagen proporcionada por su equipo, EF Education, en el Giro de Italia.
En el ciclismo, como en la vida, hay días clave. Etapas donde todo lo que hiciste antes –las caídas, las enfermedades, los sacrificios– se resume en una sola decisión: atacar o no. Este martes 27 de mayo, Richard Carapaz eligió atacar.
Y lo hizo como lo hacen los grandes: con inteligencia, potencia y una convicción que nace del sufrimiento superado. La Locomotora del Carchi apretó los dientes en el último puerto y se metió de lleno en la pelea por el Giro de Italia 2025.
El ecuatoriano, ahora tercero en la clasificación general, está a apenas 31 segundos del líder, Isaac del Toro, y ha demostrado que está listo para algo grande. Se ilusiona con volver a ganar el Giro, como ya lo hizo en 2019.
Atrás quedaron las dudas por su estado físico, los problemas de salud y hasta una caída en el inicio de la competición. Carapaz resistió, esperó su momento y cuando llegó, “lo dio todo”, como él mismo confesó tras cruzar la meta.
Pero esto no termina aquí. Lo mejor –y lo más duro– está por venir. Las próximas cuatro etapas están marcadas por la montaña, en todas sus versiones: media, alta, con remates largos, puertos encadenados y ascensos donde el cuerpo solo responde si la mente lo obliga.
En ese terreno, Carapaz se siente como en casa. Es su hábitat natural, su zona de ataque, su especialidad. Sin embargo, no se trata solo de escalada. En la última semana del Giro, el cansancio acumulado es un rival más. Aquí no gana solo el que escala mejor, sino el que sabe medir cada esfuerzo.
Hoy Carapaz ya avisó: está listo para luchar hasta el final. La pregunta no es si puede ganar el Giro. La pregunta es: ¿alguien podrá frenarlo en la montaña?
Carapaz sabe pedalear con inteligencia, guarda piernas en las subidas intermedias, elege el momento exacto para golpear y resistir la embestida de un pelotón que también huele la gloria.
Tiene con qué. Lo vimos este martes. Su equipo, el EF Education, lo arropó bien; su mentalidad está firme y su experiencia es una ventaja: ya sabe lo que es subirse a lo más alto del podio en Roma.
En cambio, Isaac del Toro y Simon Yates, los hombres que lo preceden en la general, no han sentido esa presión al mismo nivel.
La Etapa 17, este miércoles, será el inicio de un emocionante tramo final. Luego vendrán tres días seguidos de desgaste puro, con el remate brutal en Sestriere, el 31 de mayo, donde posiblemente se decida todo.
Roma espera. Y Richard también. Como siempre, en silencio... hasta que llega la hora de atacar.
Recomendadas