20 ago 2019 , 08:06

CPCCS busca evitar su desaparición

Otra estrategia de nueva mayoría es investigar denuncias de corrupción del Transitorio.

Tras la elección, este martes 20 de agosto de 2019, de Christian Cruz como nuevo presidente del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS), ahora el organismo delinea una estrategia para evitar su desaparición ante la posibilidad de una consulta popular.

 

Entre tanto, una de las prioridades de la nueva mayoría del Consejo será impulsar la investigación de los casos de corrupción denunciados por el Transitorio, que fue presidido por Julio César Trujillo.

 

“Si mañana el pueblo dice en consulta popular que el Consejo tiene que irse, nosotros respetaremos esa voluntad”, aseguró el consejero Francisco Bravo. 

 

Cruz manifestó que el país necesita “unidad y la capacidad de todos los ecuatorianos. Necesitamos consenso, conversar y articular, pero no voy a tomar una decisión sino es con todos mis compañeros”.

 

El nuevo titular del CPCCS prefirió no responder preguntas hasta concertar posiciones con todos los consejeros.

 

La mañana de este martes 20 de agosto, el acuerdo estaba claro: Christian Cruz obtuvo 6 votos a favor y solo la abstención de Juan Javier Dávalos. Al final, Cruz fue elegido presidente del CPCCS.

 

Cruz tiene 43 años, es ingeniero financiero y bursátil, pero su vida profesional se ha centrado en el activismo social, consultorías y generación de proyectos con organizaciones sociales, gremiales y también gobiernos autónomos de todo el país.

 

LEA: Christian Cruz y Sofía Almeida lideran el nuevo CPCCS

 

También tiene una destacada carrera deportiva, en la que llegó a ser campeón mundial de artes marciales.

 

Para la Vicepresidencia fue elegida Sofía Almeida, también con la abstención de Dávalos, el único consejero que se ha identificado con el correísmo.

 

Después de cerrada la sesión, con la foto oficial, los festejos y felicitaciones, en las que también participó Dávalos, Cruz pidió a los consejeros acompañarlo a una declaración. En ese momento, la incomodidad de Rivadeneira fue evidente y dejó la sala. 

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