Libertad de secuestrado es el regalo que espera su familia

 

El fotoperiodista Paúl Rivas es uno de los integrantes del equipo periodístico de diario El Comercio que está secuestrado desde hace nueve días cuando realizaba una cobertura en Mataje por la situación de violencia que se vive en la frontera norte. 

 

Rivas cumplirá 46 años este mes de abril y su familia espera su liberación como el mejor regalo. 

 

Paúl vive con su madre Guadalupe Bravo. Él es el último de sus tres hijos.

 

Ella muestra el dormitorio de Paúl, donde él conserva una especie de mini museo en el que guarda una colección de cerca de 70 cámaras fotográficas antiguas.   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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La pasión por la fotografía la heredó de su padre y la hizo profesión desde hace 20 años, cuando empezó en diario El Comercio. 

 

Desde que está en cautiverio nadie ha entrado a su mini museo. 

 

“Espero que tal como salió, cruce la puerta, con la bendición de Dios, que le he puesto todo en manos de él. Hacemos muchas oraciones”, dijo Guadalupe Bravo.

 

En una esquina de la casa están los premios que obtuvo por su trabajo profesional, entre ellos, el premio Eugenio Espejo, de la Unión Nacional de Periodistas, por su trabajo sobre personas desaparecidas.   

 

La otra pasión de Paúl es el fútbol, es hincha de Liga Deportiva Universitaria de Quito desde pequeño. Conserva una fotografía que la tomó su padre en el estadio Olímpico Atahualpa. 

 

Carolina es su hija de Paúl. tiene presente de su padre los mejores momentos, los de alegría, los que hacen falta para superar la tensión e incertidumbre de hoy. “Él muchas veces hace chistes y se comporta como un adolescente más”, recuerda.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Y envía un mensaje a los captores de Paúl: “Él y junto con las dos personas que están secuestradas son personas de paz, que simplemente buscan la verdad para comunicar a todo el mundo”. 

 

Para la familia Rivas, el mes de abril es especial. Carolina cumplirá años en los próximos días, al igual que Paúl.  

 

“El 25 de abril, cuando cumple 46 años, nosotros queremos tenerlo aquí ese día para demostrarle nuestro cariño, para que él sepa que nos hemos portado muy fuertes”, dice Yadira Aguagallo, novia del fotógrafo secuestrado.

 

La libertad de Paúl es el regalo que la familia Rivas espera.