19 jul 2018 , 09:14

'Durante dos años no dejó de violarme', el calvario de una atleta surcoreana

Según un estudio del Comité Olímpico coreano, 1 de cada 7 deportistas ha sido violada.

A la edad de 10 años, cuando Kim Eun-hee soñaba con ser una estrella del tenis, su entrenador la violó por primera vez. Diecisiete años después, renuncia a su anonimato para denunciar los abusos sexuales sufridos en silencio por las deportistas surcoreanas. 

 

La alumna de primaria ni siquiera sabía lo que eran las relaciones sexuales, pero sí sabía que tenía miedo cuando su entrenador le ordenaba ir a su habitación, y sabía lo que eran el dolor y la humillación. 

 

"Tardé años en darme cuenta de que eran violaciones", dice Kim Eun-hee. "Y durante dos años no dejó de violarme. Me decía que era un secreto entre él y yo". 

 

A sus 27 años, la joven habla por primera vez con un medio internacional para denunciar las agresiones sexuales que los entrenadores de su país infligen a las deportistas. 

 

Corea del Sur es famosa por su tecnología de punta y sus estrellas del K-pop, pero también es una potencia en el ámbito deportivo, uno de los dos únicos países asiáticos que acogieron los Juegos Olímpicos de Invierno y de Verano. 

 

Es un país relativamente pequeño, pero está a menudo entre los 10 primeros países en el medallero olímpico y domina disciplinas como el tiro con arco, el taekwondo y el patinaje de velocidad sobre pista corta. 

 

La sociedad sigue siendo, sin embargo, profundamente patriarcal y jerarquizada, con dominio principalmente masculino. Las relaciones personales son casi tan importantes como los resultados para tener una carrera exitosa.  

 

En esa sociedad ultracompetitiva en la que ganar es lo más importante, muchos jóvenes atletas renuncian a ir a la escuela y abandonan sus familias para practicar con sus compañeros y sus entrenadores, viviendo durante años en dormitorios comunes. 

 

- "Traidoras" -

 

El sistema de campos de entrenamiento, que se parece al modelo comunista que se encuentra por ejemplo en China, se considera como una de las causas de los éxitos deportivos del país asiático. Pero es también un terreno propicio para los abusos, especialmente en el caso de los menores de edad, cuya vida está estrechamente controlada por los entrenadores. 

 

"El entrenador era el rey de mi mundo, dictaba todos los aspectos de mi vida diaria, desde la forma de hacer los ejercicios hasta el momento en el que debía acostarme y lo que debía comer", explica Kim. 

 

Su entrenador fue despedido cuando varios padres se quejaron de su "comportamiento sospechoso", pero simplemente cambió de centro, sin ninguna acción judicial en su contra. 

 

Distintas campañas se han llevado a cabo para fomentar respeto y buscar justicia para víctimas de abuso. Foto: asianews.it

 

Muchas víctimas guardan silencio porque hablar significaría despedirse de sus sueños de celebridad. 

 

"Las que hablan son marginadas y acosadas porque se las considera como 'traidoras' que avergonzaron el deporte", dice Chung Yong-chul, profesor de psicología del deporte en la Universidad Sogang de Seúl. 

 

Un estudio realizado en 2014 por el Comité Olímpico y Deportivo de Corea indicaba que una de cada siete deportistas había sufrido abusos sexuales el año anterior, pero que el 70% no había pedido ayuda. 

 

"Las asociaciones deportivas cierran los ojos mientras los agresores consigan producir buenos atletas, en esa busca ciega de la medalla ante todo", asegura Yong-chul. 

 

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