En Ecuador, el 20 % de los fallecidos en siniestros de tránsito corresponde a peatones
A escala mundial, los peatones representan una de cada cuatro muertes en siniestros de tránsito y, en Ecuador, el 20 % de las 2 302 personas fallecidas en las vías, durante 2024, correspondió a peatones; así lo exponen las cifras del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP).
El perfil de las víctimas revela que los adultos mayores están entre los más afectados, así como jóvenes en edad productiva. En ciudades como Quito y Guayaquil, la infraestructura obliga a caminar por las calles sin aceras o cruzar avenidas sin pasos seguros.
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Ante esta realidad, y en el marco del Día Mundial del Peatón, el MTOP realizó el conversatorio Recuperando la Ciudad: el rol del peatón en el espacio urbano, para evaluar las acciones adoptadas para priorizar la seguridad y el derecho a la movilidad segura de quienes caminan.
En 2024, Guayas y Pichincha concentraron el mayor número de peatones fallecidos por atropello en el país, con 120 y 103 víctimas, respectivamente, según cifras oficiales. A nivel de ciudades, Quito registró 82 muertes y Guayaquil 76, lo que evidencia que el atropello sigue siendo una de las principales amenazas para la vida de las personas que caminan en entornos urbanos.
Estas cifras demuestran la urgencia de fortalecer la infraestructura segura, mejorar el control del tránsito y generar entornos que protejan la vida de las personas más vulnerables en las vías.
Casi 100 muertes ocurrieron en la avenida Simón Bolívar en 3 años
En los últimos tres años, 92 personas han perdido la vida en la Av. Simón Bolívar, según datos de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT). Esta vía, que recorre la ciudad de norte a sur y soporta un alto flujo vehicular, se ha convertido en una de las más peligrosas de la capital.
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Los siniestros de tránsito no son accidentes inevitables: están directamente relacionados con la velocidad a la que se circula. Así lo advierte el Manual de Gestión de la Velocidad de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial: por cada aumento del 1 % en la velocidad media, el riesgo de una colisión fatal crece un 4 %. Inversamente, una reducción del 5 % en la velocidad puede disminuir en un 20 % el número de muertes.
Esta evidencia subraya que pequeños ajustes en la velocidad pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte. La misma OMS considera que el exceso de velocidad es el factor de riesgo que más mata en el tránsito mundial.
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Algunas voces expresan preocupación por un posible aumento de la congestión si se ajusta el límite de velocidad. Sin embargo, no existe evidencia concluyente que respalde esa afirmación. Lo que sí está demostrado es que una velocidad más alta no necesariamente significa un viaje más rápido, pero sí más riesgoso.