Despedirse sin olvidar: los actos que mantienen vivo el amor por quienes ya partieron

La modernidad ha transformado los rituales y hoy, los besos sobre las lápidas, mensajes, fotografías que se acomodan como altares o hasta códigos QR que destacan la trayectoria del difunto, ayudan a los deudos a superar los duelos.
Las familias visitan a sus seres queridos en cementerios de Quito.()
02 nov 2025 , 07:00
Coralía Pérez

Cada cultura en el mundo tiene rituales alrededor de sus muertos. Son procesos cargados de simbolismo que permiten honrarlos y despedirlos físicamente, porque en las familias se queda su recuerdo.

En Ecuador, estas ceremonias han ido cambiando desde las culturas prehispánicas hasta la actualidad.

Eduardo Puente, sociólogo, recuerda que antes las familias incluso sacaban a sus muertos durante el Día de Difuntos para compartir con ellos. Con la llegada de los españoles, las costumbres cambiaron radicalmente y dio paso a la creación simbólica de la guagua de pan.

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La modernidad también ha transformado estos rituales y hoy, las muestras de cariño en los cementerios no necesariamente se evidencia compartiendo una comida junto a la sepultura del familiar fallecido, como ocurría cada 2 de noviembre, sino en besos sobre las lápidas, mensajes, fotografías que se acomodan como altares o hasta códigos QR que destacan la trayectoria del difunto. Estas acciones, según la psicología, ayudan a los deudos a superar los duelos.

Paula Hidalgo, decana de la Facultad de Psicología de la UDLA, explica que estos actos permiten socializar el dolor y sentirnos acompañados.

"De forma social tenemos ese respaldo que nos permite avanzar. Estar en funerales, el acompañar después a la familia, comer juntos, el poder hablar de la vida de la persona que ya no está con nosotros permite resignificar la muerte".

¿Qué pasa cuando no podemos decir adiós?

Los actos de despedida, como los funerales, misas e incluso visitas cementerio, son fundamentales para lograr un cierre. Pero, ¿qué pasa cuándo no les podemos decir adiós?

Paula Hidalgo explica que esta situación genera varios factores de riesgo para desarrollar un duelo prolongado.

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"Todos vamos a tener momentos de dificultad, tristeza, con la pérdida de un ser querido. Pero, cuando una persona muere por suicidio o desaparece, hace que no podemos cerrar completamente y entendamos que ha llegado un fin"

En estos casos, los especialistas sugieren realizar un acto simbólico que permita a la persona despedirse, mientras mantienen viva su memoria.

Eduardo Puente resalta las acciones dentro de la familia para mantener vivo el recuerdo, que se expresan en cartas, fotografías e, incluso, en portar objetos del ser querido a manera de amuleto. "Esto era de mi mamá, era de mi papá y yo lo guardo porque me protege", explica.

Además, Hidalgo sugiere hacer algún rito que sepamos que a nuestro ser querido le gustaría: ir a alguna montaña, playa, tener un acto de despedida.

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Los vivos recuerdan a sus seres queridos con signos, símbolos, gustos que saben que tenían sus difuntos y les permiten entender que darles un adiós no significa olvidarlos. Significa reconocer que el amor que hubo sigue vivo, aunque la presencia ya no esté.

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