Margarita Carranco, sobre paridad de género en elecciones: No podemos retroceder en derechos

Carranco, feminista y presidenta de la Fundación Abriendo Caminos, analizó con Ecuavisa.com los cambios al Código de la Democracia y explicó lo que considera afectaciones a la paridad de género.
Margarita Carranco, durante una comparecencia ante el Pleno del Legislativo.()
06 jul 2025 , 10:00

En junio de 2025, el Pleno de la Asamblea Nacional dio paso a reformas a la Ley Orgánica Electoral y de Organizaciones Políticas de la República del Ecuador, más conocido como Código de la Democracia. Esta es la normativa que regula el sistema electoral, incluyendo la organización de procesos electorales, el financiamiento de partidos políticos y la participación ciudadana.

Entre los cambios se incluyó modificaciones en la metodología para la asignación de escaños y en las sanciones por infracciones electorales, pero también hay disposiciones que, según colectivos feministas, ponen en riesgo la paridad de género.

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El Código de la Democracia establecía en su artículo 99 que los binomios presidenciales debían integrarse por una mujer y un hombre. Sin embargo, con el nuevo texto, esta demanda explícita desaparece y es sustituida por una fórmula que permite contabilizar como participación femenina a una mujer que encabece una lista para diversas dignidades, en alianza con otras organizaciones.

Margarita Carranco, feminista y presidenta de la Fundación Abriendo Caminos (Abricam), analizó con Ecuavisa.com los cambios a la normativa y explicó lo que considera afectaciones a la democracia y a la paridad de género.

Históricamente, ¿cuál ha sido el trabajo a favor de la participación femenina en procesos democráticos?

Tenemos 100 años de trabajo por los derechos políticos de las mujeres, partiendo de la presencia de Matilde Hidalgo, que obligó a los funcionarios del proceso electoral a que tomen su votación, haciéndoles notar que en la Constitución no se prohibía. Eso creó un precedente en América Latina, dejando al Ecuador como uno de los primeros países con derecho al voto femenino.

Pasaron los años y los techos de cristal en el tema de la participación política de las mujeres han sido complejos, difíciles.

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En el marco de los derechos políticos, las mujeres teníamos el derecho a elegir y ser elegidas, si nos toman en cuenta en las listas. Siempre estábamos al final, nos ponían al último, hasta que llegaron las leyes de amparo laboral y la de cuotas. Esta última, en 1997, permitió que por lo menos empecemos con una cuota de participación del 20 %, pero iría subiendo hasta llegar al 50 %.

Entonces el techo de cristal se iba rompiendo poco a poco, hasta que llegamos a una Constitución que determinaba la paridad como uno de los derechos constitucionales. Eso permitió que seamos beneficiadas de esta paridad para candidaturas de binomios presidenciales, alcaldías, prefecturas, en todo el proceso.

Después de estos años, cuál es la situación actual

Tenemos una participación del 45% de mujeres. ¿Por qué no el 50%? Porque el sistema electoral nuestro abrió un abanico demasiado grande y entonces resulta que las listas que más mujeres ponían eran las listas más con más posibilidades de ganar y las listas más pequeñas ponían a los hombres primero.

¿Cuáles son los cambios en la normativa que impactarán en la participación de la mujer en procesos democráticos?

Varios artículos se ven afectados, como el artículo 65 de la Constitución, que dice: "el Estado promover área de mujeres y hombres en candidaturas a cargos de elección popular".

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Esto, de todas formas, es una invocación, no una regla, como sí lo es el Código de la Democracia.

Hay criterios que señalan al tema de la paridad de género como una camisa de fuerza. ¿Podría considerarse así? ¿Hasta qué punto?

¿Cómo puede ser una camisa de fuerza? Solamente hay que pensar en quién escoge a su binomio. Es el mismo candidato quien lo hace. Si él se equivoca, no es nuestra culpa.

Por ejemplo, la actual vicepresidenta, María José Pinto, que la conozco, una mujer extraordinaria, supersensible, que sabe escuchar, abierta. El presidente Novoa ahora tiene una gran oportunidad con ella; el que se haya equivocado en la primera elección con la vicepresidenta no es nuestra culpa.

¿Entonces, aquí evidenciamos que hace falta quizá un trabajo de formación política femenina?

Más allá de eso, cuando los hombres entran a concursar como concejales, como alcaldes, como prefectos, etcétera, nadie se preocupa si tiene formación o no. Pero cuando las mujeres entramos en escena, ahí sí.

A los hombres no les exigen información ni currículum y a las mujeres nos empiezan a otro techo de cristal.

Lo que pasa es que las responsabilidades que nos dan a las mujeres en la política, no nos quita otras, como las tareas domésticas. Tenemos lo doméstico y lo político y por eso las carreras políticas de las mujeres se suspenden. Una dice "a ver, estoy estos cuatro años, pero los siguientes no, porque mis guaguas me van a necesitar". El hombre hace carrera política porque nada le impide a que siga hasta arriba.

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Si yo les hago un análisis a todos los asambleístas que están, me voy a encontrar con cantidad de hombres que no estén preparados, también mujeres.

¿Qué se debería hacer ahora para garantizar los derechos y la participación femenina?

Nosotros estamos pidiendo que el Presidente vete ese artículo que está viéndose contra la democracia y esperemos que tenga esa conciencia de decir, "No puedo irme contra la Constitución". También la Corte Constitucional.

No podemos retroceder en derechos. Con ninguna ley secundaria se retrocede derechos alcanzados.

Colectivos feministas enviaron una carta a la Presidencia de la República para que el Mandatario vete el cambio al Código de la Democracia. ¿Han tenido respuesta?

Enviamos a la Presidencia con copia a la Vicepresidencia. Yo insisto, la Cicepresidenta de la República es una muestra de que seleccionaron a la persona sensible, una persona que escucha.

Yo tengo mucha fe de que vamos a tener una respuesta adecuada para no retroceder en derechos.