Ante falta de asfalto, los baches son parte del paisaje urbano de Guayaquil
Los huecos en la calzada ya son parte del paisaje urbano de Guayaquil. La calle Rumichaca, en el Centro de la ciudad, se ha convertido en uno de los puntos más críticos en cuanto a baches.
Solo en el tramo comprendido entre Vélez y 9 de Octubre, televistazo en la comunidad constató diez de estos huecos que complican la movilidad, sobre todo de vehículos pesados y buses, obligados a maniobrar constantemente para esquivar los obstáculos.
Un ciudadano comentó: “Mucho bache amigo, yo paso todos los días por aquí y a los carros se le dañan los amortiguadores, esta calle siempre es así, la arreglan y se vuelve a dañar nuevamente”.
Otro conductor agregó: “Si la verdad, se ven algunos baches y es molestoso transitar por aquí, acá en el puente de La Tarazana siempre se hace un hueco, lo arreglan y se vuelve a dañar”.
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En el sur, la situación tampoco mejora. En la intersección de Calicuchima, entre Quito y Antepara, los desniveles obligan a reducir la velocidad. A la altura del km 7 y medio de la vía a Daule, en el ingreso a la cooperativa Gallegos Lara, los desniveles se convierten en trampas permanentes para autos y vehículos pesados.
El director de Obras Públicas del municipio, Carlos Vásquez, asegura que hay 11 contratos activos de recapeo, bacheo y suministro de mezcla asfáltica. Sin embargo, advierte que el problema tiene otra raíz y es la refinería de Esmeraldas no cubre la demanda nacional de asfalto.
“El 4 de agosto reinició la refinería con el despacho de este suministro, pero no en las cantidades que requiere el mercado nacional”, explicó Vásquez.
Aunque desde inicios de agosto retomó los despachos, lo ha hecho en volúmenes mínimos, lo que ha reducido la capacidad de obra en Guayaquil al 30 % de lo habitual
El alcalde Aquiles escaló el tema al terreno político y denunció que el Servicio Nacional de Contratación Pública (Sercop) bloqueó el proceso para importar toneladas de asfalto que el municipio considera urgentes, aunque resulten más costosas.
“Si tenemos un problema, que a la larga no solo nos complica hoy, sino que nos afecta la planificación para mitigar el invierno que se viene. Hemos pedido importar, no nos lo permite y es difícil avanzar con una planificación de asfalto”, indicó.
Por ahora, el asfalto no alcanza y lo que sobra en Guayaquil son los baches. Hasta que se destrabe el problema, son los conductores quienes pagan el costo ya que cada golpe contra los cráteres de las vías y cada maniobra para esquivarlos.