En Quito, los incendios de septiembre pasado consumieron más de 2 200 hectáreas
Esta mora silvestre se erige entre la tierra que, tras ocho meses del incendio forestal en el Panecillo, ha vuelto a ser fértil. La acacia negra también crece contra todo pronóstico, al igual que las hojas que reverdecen en este árbol de eucalipto que fue alcanzado por las llamas.
Es la naturaleza que una vez más muestra su resiliencia, aunque las huellas que dejaron los incendios forestales, hace ocho meses, aún son visibles en el Panecillo, cinco hectáreas de bosque se consumieron.
Los troncos de estos árboles de eucalipto, que son mayoría en este ecosistema, siguen carbonizados, aunque muchos árboles sigan de pie, el daño fue inmenso. Desde el aire se ven sus copas secas y sus ramas cafés. En el piso permanecen las ramas y hojas calcinadas.
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El Panecillo fue uno de los primeros sitios en ser intervenidos por el Municipio de Quito, por ser una zona de fácil acceso. El incendio quemó pastizales, matorrales y eucaliptos. En esta zona la Policía reforesta junto a estudiantes, tras haber esperado los tres meses que recomendaron los técnicos para que la naturaleza se recupere, han sembrado 400 árboles, de los 2 000 que se han propuesto.
Siembran especies nativas como: cedros, olivos, guaba y estos romerillos, todas favorecen la recuperación de la biodiversidad, al proveer refugio y alimento para la fauna local que por ahora no es visible.
Esta es una de las 10 zonas priorizadas por el Municipio para reforestar, en la que intervienen empresas públicas y privadas. El objetivo de la Secretaría de Ambiente es reforestar 300 hectáreas de las 2 274 de bosque que se consumieron en la capital con los incendios.
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Se estima que el suelo puede tardar de uno a cinco años en ser fértil. Todo depende de la intensidad del incendio que lo afectó.