Un nuevo hundimiento en el río Coca amenaza, otra vez, al oleoducto transecuatoriano, que sigue sin operar desde el 3 de julio
En 16 días Petroecuador y OCP no han podido restablecer el bombeo de crudo. Según la vocera del Gobierno, Carolina Jaramillo, ayer se debían retomar las operaciones, pero eso no está cerca. El suelo débil donde se asienta la tubería sigue cayendo.
Los deslizamientos son constantes y hasta los trabajos que iniciaron el pasado 2 de julio quedaron inservibles porque la erosión regresiva, les ganó.
La tubería del poliducto quedó en el aire, colgada a riesgo de caer hacia el río Coca. El OCP y el SOTE expuestos en algunos tramos. Los análisis técnicos de quienes ubicaron hace 15 días la tubería a solo 40 metros del socavón, fallaron.
El estado actual del suelo sobre el que se asienta la tubería por las constantes afectaciones de las condiciones climáticas es realmente endeble, la tubería está expuesta sin soportes cada 20 metros y tiene el riesgo de romperse, por lo que no se considera la reanudación del bombeo del petróleo.
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Las autoridades de Petroecuador han dispuesto trabajar en una nueva variante para subir la tubería 150 metros adicionales en las faldas del Reventador. Todo esto mientras la erosión del río Coca y el río Loco, continúan.
Nadie sabe la cantidad de tubería que ingresa a esta zona, ni a qué costo, lo cierto es que las cuadrillas de Petroecuador y OCP, así como del poliducto, trabajan en grupos.
Unos excavan el nuevo by pass, otros trasladan los pesados tubos, otros sueldan, otro supo se dedica a doblar la tubería, así van armando la nueva ruta de los oleoductos, mientras la producción publicada por Petroecuador está por debajo de los 35 mil barriles de crudo diarios.
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La erosión regresiva es un fenómeno que capa vez se muestra más agresivo. La vía que une Pichincha - Napo - Sucumbíos y Orellana ha desaparecido en un buen tramo. El puente sobre el río Loco está suspendido en el aire.
Se conoció que el miércoles dieron la orden de bombear crudo, pero fue técnicamente imposible. Eso generó discrepancias que provocaron incluso la remoción del subgerente de Oleoductos por advertir que el tema de la tubería expuesta, sin soportes y con el peso del crudo, podía ocasionar la rotura de la tubería y generar un desastre ambiental.