La masacre del 2 de Agosto de 1810 se recrea en el museo Alberto Mena Camaño de Quito

Allí se rinde honor a los patriotas, asesinados en esa fecha, durante la arremetida de las tropas españolas. La capital mantiene viva la historia de esta masacre, que se considera el inicio del proceso independentista.
Las figuras del Museo Alberto Mena Caamaño. ()
08 ago 2025 , 20:07
Televistazo

Las luces de la exposición se apagan unas 20 veces al día. Cuando eso ocurre, empieza la recreación de la masacre del 2 de agosto de 1810 para los visitantes del museo Alberto Mena Caamaño, en el Centro Histórico de Quito.

Esa escena ocurre en lo que fueron los calabozos del Cuartel Real de Lima en la colonia y se inspira en un cuadro de César Villacrés. La recreación es vista por 400 personas cada la semana. Los detalles de las 11 esculturas de cera, traídas de Francia, permiten apreciar la crudeza de la masacre.

En el Cuartel Real de Lima murieron fusiladas unas 80 personas por apoyar la Junta Soberana de Quito que dio inicio al proceso independentista regional. La masacre se extendió por las calles en donde murieron otras 200 personas que se enfrentaron con las tropas españolas, o intentaron huir de ellas.

Tras la masacre, los padres de la catedral -ahora parroquia del Sagrario- recogieron los cuerpos. La mayoría fue enterrada sin lápidas.

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Un libro que muestra los detalles de los próceres

Los padres de el sagrario guardan, como un tesoro de valor incalculable, los libros de muertos que consignaron los decesos de la época.

En la portada de becerro, del sexto tomo, constan los nombres de 15 patriotas asesinados el 2 de agosto: José Riofrío, Juan De Dios Morales, Juan De Salinas, Antonio Peña, Manuel Rodríguez de Quiroga, Francisco Javier de Ascázubi, todos partícipes del movimiento independentista.

El padre Cevallos describió, con su puño y letra, cómo fueron asesinados en el cuartel y detalla la causa de su muerte, el lugar de su tumba, qué profesiones tenían y quiénes eran sus familiares cercanos. Un libro está bajo llave, en un mueble de madera al abrigo de ladrones y coleccionistas. A veces, ha generado sustos por extravíos momentáneos.

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